cronica de la marcha

¿Tú también Carlos?

Por Roberto Fuentes Vivar

Estuvieron todos. Las chicas “totalmente AMLO”, las totalmente Palacio, las que se cubrieron de crema el rostro por su sensibilidad al sol, las que usaron bronceador para tostarse como si hubieran ido de vacaciones, las que gritaban, las que sólo levantaban el brazo, las que colgaban un cartel, las que coreaban, las que platicaban con sus amigos, las que criticaban, las criticadas.
“Voto por voto, casilla por casilla”
Todos: los que tomaron Coca-Cola, los que odian la Coca-Cola, los que viajaron en metro, los que acostumbran usar el coche para trasladarse a dos cuadras de su casa, los que pasan cuatro horas diarias en gimnasio, los que nunca habían estado, los primerizos, los experimentados, los que miran Televisa, los que hacen boicot contra Televisa, los que no hacen deporte, los que usaron la caminata para hacer ejercicio, los que sacaron a su perro a pasear.
“Voto por voto, el resultado es otro”.
Las que lucieron un vestido de firma. Los que compraron pantalones de mezclilla en las ofertas de supermercado. La señora que mostraba con orgullo su chaleco amarillo tejido con sus propias manos, el campesino al que no le cerraba la bragueta, el estudiante de la ENEP chamagoza, el de la ENEP haragán, el de La Salle, el de la Ibero, el de la Universidad de las Américas, el maestro de la Facultad, el de la Anáhuac. Los pirruris, los lumpen, los clasemedieros, los refinados.
“Obrador, Obrador, Obrador”
Los niños formados en fila que gritaban consignas que a veces no entendían, el bebé dormido en su carreola, el niño montado en los hombros de su padre ondeando una bandera amarilla, el niño que quería descansar antes de llegar al zócalo, el que pedía un refresco, el que aprovechó para gritar una grosería permitida por sus padres, los niños que andaban en bicicleta.
“Se busca delincuente electoral”
Los jóvenes que se bajaron de su Jetta, los que salieron caminando desde Tacubaya, los que quedaron de verse en el zoológico, los que encontraron la marcha cerca del ángel, los darketos con su silencio estrepitoso, los dark con los pelos parados por el escándalo, los que tienen por consigna un uniforme de mezclilla, los que usaban máscaras. Los que son viejos a los 25 años y vinieron desde lejanas tierras tropicales, los que son niños de familia a los 25 años, los que van al antro cada fin de semana, los que llenan los estadios de futbol cada domingo.
“Repudio total, al fraude electoral”
Los que asistieron congregados y esperaban una torta, los que hicieron su picnic en los jardines del caballito, los que nunca habían venido a la ciudad de México, los que todos los días pasan por Reforma, los que viajan en combi, los taxistas, los políticos de cantina, los que no hablan de política, los que conforman la mayoría silenciosa, los que gritan y se suman a las voces todas.
“Uuullero, uuulero, ulero”
Los que hace seis años votaron por Fox y se arrpintieron, los que nunca habían votado, los que se sorprendieron con tomar la calle, los que se escondieron de la multitud, pero mostraron su apoyo en una esquina, los que gritaban como si tuvieran un micrófono integrado, los que no se callaban, los que se callaron para asumir de golpe las consignas. Las que se cubrían con lentes oscuros, los que usaban anteojos con fondos de botella.
“Presidente, Presidente, presidente”
Los que siempre habían votado por el PRI, los descontentos, los que están contentos por que la manifestación los hace sonreir a un millón de voces, los desarraigados, los que se asumen renegados con sus lavadoras de dos patas, los que miraban con indiferencia, los indignados, los que mostraban su dignidad a través de un cartel, una camiseta, una frase. Los acostumbrados a cargar un libro para ver si por ósmosis se aprende, los que leen hasta el boleto de camión.
“Somos un chingo y seremos más”
Los que querían estar en primera fila, los que tienen miedo de las aglomeraciones, los que anteponen la razón al sentimiento, los idealistas, los apasionados, los cibernéticos, los humanistas, los poetas, los periodistas, los desempleados, los que hace años descubrieron el fraude de 1988, los que hace años eran del sistema, los descontentos de siempre, los que solo exigen respeto al voto, pero no están de acuerdo en la idealización de un líder.
“ganamos, ganamos, ganamos”
Los que ya habían ganado la calle hace años, los que la descubrieron por vez primera, los poetas, los ingenieros, los abogados. La militante que se come las uñas. Los católicos que piden a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Los obreros, los vendedores ambulantes, los comisionistas, los encargados de un mostrador, los almacenistas, los que labran la tierra.
“El que no brinque es Calderón”
Los que trabajan, los que buscan trabajo, los que no quieren trabajar. El tigre, el ocelote, el jaguar, el que camina con los zancos, el que usa la silla de ruedas para hacer chirriar con las llantas su indignación, el artesano, el que no habla español, el que no lee, el que nunca ha usado una computadora, el experto en computación, el que hizo su conquista en la marcha, la que encontró su realidad a través de una consigna. Los actores que viven muchas realidades, los que solo tienen una realidad vestida de hambre.
Estuvieron todos: ¿tu también Carlos?

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