El filosofo del metro dice:
La polìtica es el
lujo innecesario
de la democracia
Baja California y Oaxaca
en el cochinero electoral
Roberto Fuentes Vivar*
La política, dice la definición más difundida, es el ejercicio del poder, pero también es la lucha para alcanzar el poder o para no perderlo. Dicen también que la política es el arte de la mentira.
La política es algo de lo que no se debe hablar en las comidas según sentenciaban las abuelas que decía el manual de Carreño. La política es también el manejo privado de los intereses públicos o el manejo publico de los intereses privados. Es más, la política, dicen algunos, es un partido de futbol.
Como sea, la política es una actividad que nos cuesta mucho a los mexicanos, de la que los mexicanos estamos hartos, pero en la que los mexicanos nos sumergimos, sin escafandra, cada vez que hay algún proceso electoral.
Precisamente este domingo hay tres elecciones. Dos de ellas, en Baja California y Oaxaca, tienen un interés que rebasa las fronteras estatales y adquieren relevancia nacional. La otra, en Aguascalientes, en donde se elegirán alcaldes y diputados locales, no tienen mayor trascendencia. No son noticia, pues, para decirlo en los términos más periodísticos.
En Baja California sí se han fijado los ojos de periodistas, analistas, políticos y hasta operadores nacionales, porque tiene un significado mayúsculo. En primer lugar hay que recordar que esta entidad fue la primera en que gobernó un panista y ese partido ha permanecido en el poder durante 18 años, por lo que perder el poder sería un duro golpe para ese partido.
Otro de los significados que pudiera tener, en caso de ganar el PRI, encabezado por Jorge Hank Rhon, es que siguiendo la tendencia ocurrida en Yucatán, la sociedad está harta del PAN y prefiere incluso lo peor del PRI. Sea quien sea el ganador en Baja California, lo cierto es que el proceso electoral ha sido considerado como el más sucio en la historia de esa entidad y ya hasta Elba Esther Gordillo ha acudido en apoyo del candidato panista José Guadalupe Osuna Millán. Por la escasa diferencia de votos entre primero y segundo lugares, es previsible que no existirá gobernabilidad inmediata en esa entidad, por el conflicto post-electoral.
En el caso de Oaxaca, las elecciones son para elegir diputados locales y las principales fuerzas son el PRI y el PAN. Al parecer este domingo será el laboratorio para un reacomodo de fuerzas que podría ir en dos direcciones. Una tendiente a apuntalar al gobernador Ulises Ruiz para que concluya su periodo o, por el contrario, de perder posiciones el PRI, podría registrarse una mayor ingobernabilidad que llevara a la renuncia del mandatario estatal. Paralelamente en Oaxaca no es descartable que se presenten hechos violento el domingo, pues esta misma semana hubo un estallido en un centro comercial. Es un estado en conflicto, en el cual las elecciones no son más que una parte de la política. Una cereza en el pastel o un cartucho de dinamita disfrazado de vela.
Paralelamente, hay otro proceso electoral en curso, el interno del PRD, en donde han salido a relucir ya una serie de impugnaciones y acusaciones que debilitan cada vez más a una fuerza política con millones de seguidores.
En fin, Baja California, Oaxaca y el PRD representan en estos momentos lo peor de la política por sus golpes bajos, zancadillas, negociaciones en lo oscurito, acusaciones personales, intolerancia y hasta patadas bajo la mesa, Pero, como diría el filósofo del metro: la política es el lujo innecesario de la democracia.
*Comentario para Radio Eduación/ 3 de agosto 2007
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