El filosofo del metro dice:
Detrás de un accidente
puede haber un fraude
Sí hay culpables en la trageida de Puebla
Roberto Fuentes Vivar*
La tragedia ocurrida en la sierra negra de Puebla, tiene en principio una causa natural, como el exceso de lluvias. Sin embargo, hay muchos otros elementos que influyen de manera directa o indirecta en el accidente, por lo que puede afirmarse que no es el primero ni el último.
Nada más hay que recordar hace unos meses cuando un autobús que transportaba a miembros de una secta religiosa se accidentó cerca de Orizaba y dejó un saldo de casi 70 muertos.
Otro accidente –entre comillas- fue el ocurrido cuando se desgajó un cerro en Teziutlán, Puebla, y sepultó a los habitantes de la colonia Aurora, dejando un saldo de más de 200 muertos, en condiciones muy similares a las de la tragedia de Eloxochitlán, pues también un cerro se humedeció y se convirtió el alud.
Estos dos son solo ejemplo de los cientos de accidentes que casi a diario ocurren en zonas marginadas o alejadas del desarrollo y que dejan como consecuencia víctimas que lo que tienen en común es ser mexicanos en condiciones de pobreza.
Si bien se trata de accidentes –nuevamente entre comillas- hay algunas condiciones que directa o indirectamente influyen en estas desgracias.
En primer lugar la corrupción que estuvo presente en la construcción de muchas carreteras y que está presente a nivel federal, estatal y a veces municipal en la conservación de estos caminos.
En segundo lugar la miopía que el gobierno federal ha desplegado en los más recientes sexenios al brindar altos presupuestos para hacer carreteras rentables olvidando la importancia social de las carreteras para sacar a muchos mexicanos de la marginación.
En este sentido y aunado a la corrupción hay que recordar que el monto del rescate carretero se encuentra ya en 180 mil millones de pesos que sirvieron para salvar a empresarios, pero no para mejorar las condiciones de millones de mexicanos que no tienen caminos de acceso.
Incluso vale la pena mencionar concretamente la concesión que hizo hace unos meses el aún secretario de hacienda Francisco Gil Díaz, de muchas carreteras relativamente cercanas al lugar del accidente de Eloxochitlan, como las de Tihuatlán-Tuxpan, México-Pachuca, Asunción-Tejocotal, Tulancingo y Tejocotal-Nuevo Necaxa y que fue denunciada por su ilegalidad, por el sindicato de trabajadores de Caminos y Puentes.
Un tercer punto que influye en accidentes como el ocurrido es la sobreexplotación de recursos naturales que se hizo en la década de los ochenta para pagar la deuda externa de los países pobres y que ahora está aflorando no solo en el cambio climático general, sino en las condiciones ecológicas particulares de muchas regiones.
En fin, como dice el filósofo del metro: detrás de algún accidente puede haber un gran fraude.
*Comentario para Radio Educación/7 de julio de 2007
0 Comments:
Post a Comment
<< Home