El filosofo del metro dice:
Símbolo que grita
pero nadie escucha
Del aguila mocha al águila extinta
Roberto Fuentes Vivar*
Buenas noches. Pues mira hoy me voy a referir a algo que todos conocemos, un emblema nacional que estuvo en la boca de los mexicanos durante el sexenio pasado, pero que observamos muy poco en toda su dimensión.
Se trata del águila real, la que da origen al escudo nacional y que se encuentra amenazada. No esta amenazada nada más porque durante el sexenio pasado en la papelería oficial la mocharon a la mitad, sino porque realmente está en peligro de extinción.
De hecho, se calcula que no hay más de 300 parejas de estas aves en los cielos mexicanos, a pesar de que el año pasado, 2006 fue declarado el año del águila real y de que se han hecho esfuerzos federales y estatales para tratar de conservarla.
Fenómenos como águilas que se electrocutan con cables, la matanza por prácticas culturales o la competencia de los recursos naturales, también forman parte del aniquilamiento de esta especie que científicamente se llama Aquila chrisaetos.
El Águila Real está incluida en la norma 059 como amenazada, lo que le da una categoría de alto riesgo de extinción. Esto significa por ejemplo que cazarla, saquear sus nidos o traficar con ella sean considerado delitos penales.
La anoticia positiva es que se han hecho esfuerzos por tratar de repoblar los cielos de águila real. En Zacatecas, el gobierno estatal y el Instituto Nacional de Ecología desarrollaron un programa exitoso para repoblar de águila real la entidad. En San Luis Potosí se realizó también un proyecto coordinado con autoridades federales e incluso en Oaxaca se celebró un primer encuentro sobre la especie.
Desgraciadamente quizá haya más especialistas, ecologistas e interesados en conservarlas que ejemplares, a pesar de que en México se le encuentra desde Baja California, Sonora y Nuevo León hasta Hidalgo y Michoacán, en montañas abiertas, laderas, cañadas y praderas.
Por sus características se trata de animal extraordinario. Con las alas extendidas llega a medir más de dos metros, su longitud puede ser de hasta 90 centímetros y su puede ser de hasta 200 kilómetros por hora. Es más emite un grito fuerte, pero solo raras veces.
Desgraciadamente, de su nidada solo sobreviven uno o dos polluelos, por la escasez de alimentos como los son pequeños mamíferos, serpientes y pequeñas aves, que anteriormente habitaban en los lugares que servían de habitar al águila real.
Para los mexicas, el águila representó, principalmente, el carácter guerrero (concebido como misión encomendada por los dioses), la fuerza, la agresividad, la valentía, el dominio del espacio. Hace ya 400 años, en la época del imperio azteca, Cuauhtémoc, a quien se considera en último emperador azteca, fue el águila que desciende, lo que de alguna manera tuvo un significado importante en la historia.
Recientemente su simbolismo también se ha modificado, pues Vicente Fox la cortó a la mitad, mientras que Andrés Manuel López Obrador, retomó el águila juarista parada y con las alas extendidas, como símbolo de su lucha.
En síntesis, el águila real, ha sido símbolo de la identidad mexicana desde su origen, desde la fundación de Tenochtitlan y la Independencia de México, hasta nuestros días. Desgraciadamente está en peligro de extinción y difícilmente podrá multiplicarse su número de ejemplares. Como diría el filósofo del metro: si no grita quién la salva.
*Comentario para radio y TV Mexiquense/8 de febrero de 2007
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