El filosofo del metro dice:
En la Ley Televisa,
dictadura se escribe
con D de Dedo
no de Democracia
Desnuda Creel el
contubernio mediático
Roberto Fuentes Vivar*
Las declaraciones sustentadas por el coordinador de los senadores panistas, Santiago Creel, acerca de la forma en que se aprobó la ley Televisa, confirman que esta ley fue una imposición de estado para asegurar el contubernio entre el duopolio mediático y el gobierno de Vicente Fox, en el periodo electoral del año pasado.
Tanto en Washington como ante la periodista Carmen Aristegui, Creel dijo que la ley Televisa fue una imposición y no una negociación y asegura que Vicente Fox ordenó que no se le cambiara ni una coma. Es decir el más puro estilo dictatorial, para favorecer a un candidato presidencial en los comicios.
Hace un año, el periódico reforma ya había publicado una información según la cual el presidente del PAN, Manuel Espino pidió a los legisladores que apoyaran la Ley Televisa, pues esa empresa ofreció privilegiar la imagen de Felipe Calderón por encima de la de Roberto Madrazo e incluso sacrificar los segmentos de Andrés Manuel López Obrador en sus recorridos de campaña.
Ahora, Creel sostiene que su partido buscará una ley que pueda democratizar y modernizar una industria “que hay que cuidar, (porque) es un patrimonio de los mexicanos” y hasta menciona la eliminación de oligopolios mediáticos.
¿En qué entorno se presenta este cambio de actitud de Creel? En primer lugar se presentan en el entorno del día de la libertad de prensa, en donde nuevamente los dos consorcios mediáticos, Televisa y TV Azteca, fueron premiados.
En segundo lugar Creel hace estas confesiones después de que las tres empresas calificadoras mundiales, Moody's, Fitch Rating y Standard & Poor's, mejoraron la percepción de Televisa, tras de que supuestamente la Suprema Corte no modificaría más que superficialmente la Ley Televisa.
Un tercer punto de contexto es que la propia Suprema Corte dio a conocer el proyecto de dictamen sobre esta ley elaborado por el magistrado Sergio Salvador Aguirre Anguiano, en el cual efectivamente se otorga la razón al Ejecutivo Federal y no a los 47 seandores que junto con el apoyo de miles de ciudadanos presentaron el recurso de inconstitucionalidad ante la corte.
Desde luego que las relaciones de Creel con Televisa están más allá de estas confesiones, pues como secretario de gobernación firmó las concesiones para que la empresa de Azcárraga operara casas de juego.
Pero el caso es que, tras las declaraciones del jefe de los senadores panistas, los ministros Suprema Corte deberán revisar si dan la razón a una imposición de estado o deciden dar marcha atrás y pugnar por una verdadera democracia mediática. Como dice el filósofo del metro: privilegiar el cinismo puede ser sinónimo de inmoralidad.
*Comentario para Radio Educación/ 4 de mayo de 2007
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