El filósofo del metro dice:
Licitar en México quiere
decir hacer lícito lo ilícito
Las concesiones han servido
para apoyar al fuego amigo
Roberto Fuentes Vivar*
Hoy
el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, dio a conocer
que hay cinco postores para la construcción del tren México-Querétaro, una obra
suntuaria que incluso la iniciativa privada a través del Centro de Estudios
Económicos del Sector Privado ya pidió que se suspendiera por las actuales
condiciones financieras del sector público.
Valga
este anuncio de la secretaria de comunicaciones y transportes para analizar la
situación de algunas de las licitaciones. En este sentido no cabe duda que una
de las principales fuentes de escándalo de este sexenio ha sido precisamente las
concesiones. Muchos de los procesos han estado viciados de origen y han tenido
como principal objetivo beneficiar a los empresarios consentidos del presidente
Enrique Peña Nieto.
Vamos
por partes, el primer escándalo de un concesión del actual sexenio fue el de
Caminos y Puentes Federales que licitó el sistema de cobro electrónico para
quitárselo a empresa Iave de Carlos Slim para dárselo a un consorcio denominado
telepeaje dinámico, propiedad del empresario mexiquense Roberto Alcántara.
La
testigo social de la Secretaría de la Función Pública hizo 14 observaciones al
proceso, entre otras que no se atendió a la transparencia para garantizar la
credibilidad. El resultado fue que hace unos días la Secretaría de la Función
Pública determinó que las observaciones de la testigo social fueron infundadas
y por lo tanto se consolidó la concesión a los empresarios de Atlacomulco.
Pocos
meses después se realizó el proceso para licitar el tren México-Querétaro y el
escándalo fue mayúsculo pues se descubrió que uno de los consorcios ganadores,
tras haber eliminado 16 propuestas, era Higa, la empresa que construyó algunas
de las casas del matrimonio presidencial.
De
esta caso mucho se ha hablado, pero el escándalo fue tan grande que el propio
Enrique Peña Nieto tuvo que cancelar la concesión y ordenó que se reiniciara el
proceso. Ahora son cinco propuestas las que están en el concurso y no sería
extraño que precisamente Roberto Alcántara participe en alguna de ellas.
Pero
otro escándalo surgió esta semana cuando el presidente del Instituto Nacional Electoral,
Lorenzo Córdova Vianello canceló el contrato con la empresa Scytl México,
filial de un consorcio español, para operar el Sistema de Contabilidad de los
partidos políticos, candidatos y precandidatos.
También
este proceso despierta muchas dudas, pues en un principio se convocó a un
concurso, pero la primera licitación fue declarada desierta por insolvencia
técnica, ya que las cuatro empresas participantes no aprobaron el sistema de
calificación de puntaje, con un ideal de 60 puntos y un mínimo de 45 unidades.
Ante
esta situación hizo un concurso por invitación, el cual estaba diseñado para
que lo ganara Indra, otro consorcio español. Curiosamente Indra fue de las
empresas que reprobaron en la primera licitación, pero aun así fue invitada por
el Instituto Electoral a llevarse un contrato en el cual se tendrán que
fiscalizar más de 76 mil informes y revisar de cinco a diez millones de
operaciones de partidos nacionales y locales, precandidatos y candidatos
Pero
la mala reputación internacional de ese consorcio en elecciones de España,
Argentina, Venezuela y Ecuador hizo que el convenio se le cayera de las manos y
finalmente se le dio el contrato a Scytl México.
Lamentablemente,
el lunes, Córdova anunció que inició las acciones correspondientes para
rescindir el contrato a Scytl, debido a que no cumplió con los tiempos pactados
en el contrato, por el que dicha empresa recibiría 61 millones de pesos este
año.
Inmediatamente
la empresa Scytl anunció que interpondrá acciones legales en contra del
Instituto Nacional Electoral (INE) por incumplimiento de contrato y culpó a la
administración de Córdova de haber firmado el contrato a destiempo.
Si
el INE canceló el contrato ¿quién verificará los gastos de los partidos
políticos? ¿Se tendrá que recurrir a otra empresa para que saque al buey de la
barranca? ¿Será una empresa asociada a los hermanos Alcántara la que finalmente
se quede con la concesión?
En
fin los casos de amiguismo en las concesiones han sido y seguramente serán
fuente de escándalo en los próximos años, por el amiguismo con que se intenta
actuar para favorecer a empresarios afines al grupo Atlacomulco. Como dice el
filósofo del metro: licitar en México quiere decir hacer lícito lo ilícito.
*Comentario para Radio Educación/ 23 de enero de 2014
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