El filósofo del metro dice:
Lo que no
se aclara,
se oscurece
Es la economía, idiotas
Roberto Fuentes Vivar*
En 1992, durante su campaña electoral, Bill Clinton,
utilizó contra su contrincante George Bush padre, la frase “es la economía,
estúpido”. La frase que después se ha convertido en “es la economía idiotas”,
fue ideada por el estratega James Carville y llevó a la victoria Clinton,
porque atendía a la vida cotidiana de los ciudadanos y sus necesidades más
inmediatas.
Hoy, 13 años más tarde hay que repetir la frase para
que lo entiendan los neoliberales internacionales y sobre todo los mexicanos.
Es la economía, idiotas.
Y los hechos lo refrendan. Hoy el peso siguió
perdiendo terreno ante el dólar, a pesar de todas las inyecciones de reservas
que se ha llevado, más de 10 millones de dólares, en dos meses, lo que
significa la mayor caída de reservas en ese lapso en la historia de México,
mayor a la de 1982 y 1994.
Ayer el Instituto Nacional de Estadística y
geografía, dio a conocer que en el segundo trimestre del año el producto
interno bruto creció 2.2 por ciento con respecto al año anterior y 0.5 por
ciento con respecto al primer trimestre.
La cifra fue tan baja que inmediatamente la propia
secretaría de Hacienda, como lo había hecho el Banco de México, una semana
antes, decidió recortar su pronóstico de crecimiento, a una cifra entre 2.0 y
2.8 por ciento, mientras que el banco central lo redujo a un rango de entre 1.7
y 2.5 por ciento anual.
Por el lado contrario y para tratar de contrarrestar
la información negativa, la secretaría de Economía dio a conocer que la
inversión extranjera directa durante el segundo trimestre llegó a más de 5,000
millones de dólares, la más alta de la historia, con un crecimiento de 135 por
ciento con respecto al año anterior.
Sin embargo, hace falta conocer el informe de la
balanza de pagos del Banco de México, para saber exactamente cuánto dinero
salió del país en ese periodo. Me atrevo a decir que fue superior a los cinco
mil millones de pesos de fuga de capital, depósitos en el exterior e inversión de
mexicanos en el exterior. Incluso la balanza comercial registró en el primer
semestre del año un déficit de más de cuatro mil millones de dólares.
Ante todos estos datos, hay que repetir la frase de
Clinton, para que los neoliberales mexicanos se den cuenta de que el grave
problema de nuestro país es una economía que se está cayendo a pedacitos.
Quizá por la mala economía, la imagen de Enrique
Peña Nieto sigue cayendo según diversas encuestas y aquí vale la pena mencionar
un sondeo específico que hizo la empresa Ipsos entre periodistas de América
Latina.
En ella se indica que sólo 20 por ciento de los
periodistas aprueba el gobierno de Enrique Peña Nieto y únicamente 6% considera
que va en serio su lucha contra la corrupción. Los niveles de popularidad del
gobierno mexicano entre periodistas se encuentran en el segundo peor lugar de
América Latina solamente superado por Nicolás Maduro en Venezuela.
Lamentablemente, según muchos analistas todavía
falta lo peor que va a venir en septiembre cuando en Estados Unidos aumenten
las tasas de referencia y, como consecuencia, se agrave la fuga de capitales,
se aumente la deuda externa y se incremente el problema social que significa
para las familias caer en cartera vencida por las altas tasas de interés.
Hasta el momento, toda la culpa del desastre
económico se ha cargado contra las llamadas turbulencias internacionales, es
decir la crisis griega primero, la de China después, la incertidumbre por las
tasas estadounidenses.
Pero qué va a pasar cuando ya no puedan culpar al
exterior de los males de nuestra economía. Por eso, hay que repetirlo con todas
sus palabras “es la economía, idiotas”. Como dice el filósofo del metro: en
economía, lo que no se aclara se oscurece.
*Comentario para Radio Educación/ 21 de agosto de 2015
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