El filósofo del metro dice:
Cuando el burro
habla de orejas
es que está sordo.
Trump, un gringo corrupto
que habla de corrupción
Roberto Fuentes Vivar*
Las
declaraciones de Donald Trump al anunciar su precandidatura por el partido
republicano a la presidencia de Estados Unidos, se convirtieron rápidamente en
virales y ocasionaron cientos de reacciones no sólo en nuestro país, sino hasta
en otras naciones como Venezuela, en donde el primer mandatario Nicolás Maduro
salió a defender a México, lo que no hizo el propio presidente mexicano, quien
envío al secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, a dar una
respuesta tímida y miedosa..
Fueron
sin duda una de las noticias más comentadas de la semana por su carácter
racista y su sentido antimexicanista, ya que propuso la edificación de un muro
fronterizo porque, según él México envía criminales y violadores a Estados
Unidos y no es un socio confiable.
¿Por
qué mantiene este personaje una especie de odio contra México? Pues nada menos
porque no ha podido concretar negocios en nuestro país, y en todas las
ocasiones en que lo ha intentado ha buscado violar las leyes mexicanas y aprovecharse
de nuestro país como si fuera el patio trasero de Estados Unidos.
¿Quién
no ha conocido o escuchado a alguien que invirtió sus ahorros en un hermoso
proyecto visualizado en una maqueta como un paraíso y posteriormente nunca fue
construido, dejando a los compradores en la ruina?
Pues
eso es, lo que hizo Donald Trump en
México, cuando anunció –apoyado por socios y políticos mexicanos del Partido
Revolucionario Institucional- cuando anunció
en 2006, el proyecto Trump Ocean Resort Baja Mexico, ubicado en las
playas de Rosarito, cercanas a Tijuana, Baja California.
Promovido
por rimbombantes empresas de Trump como Newland International Properties e
International Irongate Partners, el proyecto proponía la construcción de tres
torres de condominios y un complejo hotelero con restaurantes (tres mil
habitaciones) y una inversión de alrededor de 350 millones de dólares. Todo
esto en un sitio de desecho de aguas negras.
Al
ver que el paraíso era un escusado, las ventas no fueron como deseaba. Sin
embargo muchos compradores fueron estafados y aún hoy la International
Community Foundation mantiene una denuncia contra Trump en defensa de unos 70
defraudados que esperan se les regrese su dinero. Según él, es México quien
debe pagarle, por el caso radicado en la Corte Suprema del estado de California,
ubicada en Los Ángeles con el número JCCP4642. Mientras tanto, su empresa
Newland International Properties fue declarada en suspensión de pagos
No
contento con ese fracaso, en 2011, intentó supuestamente invertir 350 millones
de dólares en un proyecto en Cozumel, denominado “Punta Arrecifes Resort”,
anunciado en Miami, y que se pretendía construir en una zona reservada por las
autoridades ambientales como “área natural protegida”. Desde luego ele proyecto
fracasó, pues pretendía eliminar parte de la naturaleza de la isla.
Más
recientemente estuvo en Sonora, en donde el gobernador panista Guillermo Padrés
le prometió lugares para invertir en Puerto Peñasco, Sonora, lo que no podrá
cumplir pues la entidad será ahora gobernada por su enemiga priista Claudia
Pavlovich.
Trump
fue un empresario inmobiliario de Nueva York pero su gran fortuna la hizo con los principales casinos Atlantic City, es además
de ser propietario del yate más lujoso del mundo y del certamen Miss Universo.
Incluso
fue de los promotores del cambio de la Ley de Juegos y Sorteos para que en
México se pudieran abrir casinos. Pero lo curioso es que en nuestro país no se
asoció con casineros, sino con enemigos de ellos, pues en el proyecto de Baja
California su liado era el expresidente municipal de Rosarito, Baja California,
Hugo Torres Chabert y su hija la diputada Laura Torres (quien promovió una
nueva ley inmobiliaria para su estado). Hugo Torres fue acusado de peculado y
de traición por parte de quienes lo apoyaron para llegar la alcaldía de
Rosarito Curiosamente es enemigo de Jorge Hank Rhon, dueño de casinos.
El
empresario enfrenta demandas también en Estados Unidos, pues su universidad ha
resultado un fraude y es uno de los principales contaminadores por ruido en las
zonas en donde construye. Pues este tipo es el que aspira ser uno de los
hombres más poderosos del mundo. Imagínense si llega a la casa blanca. Como
dice el filósofo del metro: cuando los burros hablan de orejas se quedan
sordos.
*Comentario para Radio Educación/19 de junio de 2015
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