El filósofo del metro dice:
La clase trabajadora
no tiene trabajo
¿Qué festejamos?
De 12 millones de sindicalizados
sólo quedan menos de 2 millones
Roberto Fuentes Vivar*
Hoy
se celebra el día del trabajo y como cada año los mexicanos no tenemos nada que
festejar.
Nada
más hace falta echar un vistazo a las diversas informaciones que se han
presentado en las más recientes semanas.
Una
mujer fue rescatada de una lavandería en donde permaneció como esclava por dos años.
Estaba encadenada por el cuello y laboraba jornadas de 12 horas.
Los
80 mil jornaleros del Valle de San Quintín denuncian que son víctimas de
condiciones inhumanas de trabajo. Unos 7,000 de ellos se han levantado en
protestas y exigen que se respeten sus derechos humanos.
Ayer
que fue día del niño se informó que alrededor de 900 mil menores de edad
trabajan en condiciones de riesgo, sin que las autoridades hagan algo por
remediar esa situación.
Hace
unos días, mientras Enrique Peña Nieto anunciaba inversiones millonarias de
Toyota y Ford en México, ex trabajadores de la empresa japonesa Mazda daban a
conocer una especie de esclavitud laboral que se vive en la industria
automotriz, gracias al boom de las armadoras en nuestro país.
De
acuerdo con la información más reciente del Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (INEGI) sólo tres de cada cuatro trabajadores en México tienen las
prestaciones legales, los demás son informales, trabajan por honorarios y
carecen de sindicatos que los defiendan.
La
misma información señala que en México hay más de tres millones de ciudadanos
que trabajan pero no reciben pago alguno, lo que se suma a las condiciones de
semi esclavitud que persisten en nuestro país.
De
más de 50 millones de trabajadores que hay en México, solo en 3.4 por ciento
cuenta con el apoyo de algún sindicato, lo que da una idea de cómo la
globalización y el neoliberalismo han mermado la estructura sindical hasta
reducirla a su mínima expresión.
Pero
eso sí, dice la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, los
mexicanos son las personas más trabajadoras del mundo, medidos en horas
trabajadas por año, pero al mismo tiempo son los peor pagados de todo el orbe
pues el salario mínimo representa sólo 60 centavos por hora.
Por
eso, la organización internacional Walk Free, considera a México como el país
que tiene el primer lugar en América Latina en el Índice Global de Esclavitud
2014 con al menos 266 mil 900 personas víctimas de la esclavitud moderna.
Este
panorama demuestra que la clase trabajadores se encuentra indefensa ante la
globalización y que desde hace por lo menos 21 años, a raíz de que entró en
vigor el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, las condiciones
laborales se han deteriorado de manera drástica.
Lo
que es más desde hace dos años que comenzó a operarla llamada reforma laboral,
no ha servido para crear un nuevo empleo más para trabajadores sindicalizados,
lo que demuestra el gran fracaso de las llamadas reformas estructurales.
Cómo
está conformado el horizonte de los trabajadores en este año 2015, pues nada
más hay que señalar que más de 28 millones de mexicanos se encuentran
desempleados, trabajan sin salario o laboran en condiciones de precariedad
laboral.
En México, existen 13 millones de trabajadores
por su cuenta, otros tres millones son empleadores, tres millones más no
reciben pago y tres millones adicionales están desocupados.
Paralelamente
de los supuestamente 33 millones que están ocupados y son empleados
asalariados, más de la mitad no tiene prestación alguna.
Por
ejemplo, dentro de estos 33 millones ocupados y asalariados se encuentran los
casi 700 mil jornaleros de San Quintín, cuyo movimiento laboral ha despertado
el interés en todo el mundo por las condiciones de semi esclavitud a que son
expuestos.
Los
trabajadores de las armadoras también forman parte de este grupo, pero según
han señalado los exempleados de la japonesa Mazda, trabajan hasta 12 horas
diarias y sufren condiciones de agotamiento tal que muchos trabajadores sufren
convulsiones y únicamente son dejados de lado porque la producción no se puede
detener.
Si
hablamos de los sindicalizados, las cifras son todavía más aterradoras, pues en
la década de los noventas, es decir hace 20 años, tan sólo la Confederación de
Trabajadores de México, la priista CTM, presumía tener 12 millones de obreros
en sus sindicatos.
Hoy,
contando a la CTM y a los sindicatos impedientes y de acuerdo con la secretaría
del Trabajo, el número de empleados sindicalizados en el país no supera los dos
millones de mexicanos.
Este
es el panorama, en síntesis del primero de mayo de 2015: nada que festejar.
Como dice el filósofo del metro: La clase alta no tiene clase, la clase media
no tiene medios y la clase trabajadora no tiene trabajo.
*Comentario para Radio Educación/ 1 de mayo de 2015
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