Un sitio independiente y alternativo para el análisis de la realidad.

Friday, March 27, 2015

El filósofo del metro dice:

Realidad mata estadística

Lo que no dicen
las cifras oficiales


Roberto Fuentes Vivar*

En los días más recientes el INEGI se ha convertido en un productor de buenas noticias, más que una institución que mide la realidad de la economía y de las familias mexicanas. Hasta parece ser que ha perdido la independencia para volverse un apéndice del Poder Ejecutivo que aplaude todas las decisiones oficiales.

Concretamente, por ejemplo hoy, dio a conocer que el desempleo en nuestro país bajó casi 10 por ciento en un año y en la misma medida lo hizo la subocupación.

Esta misma semana dio a conocer que la durante la primera quincena de marzo, subió sólo aumentó 2.97%, cifra más baja de la que se esperaba. Incluso hasta instituciones como Banamex y BBVA Bancomer se quedaron asombradas de este aumento de precios tan bajo, máxime porque el INEGI mencionó que fueron los productos agropecuarios los que ayudaron a controlar los precios.

El problema con el INEGI es que cada día pierde más credibilidad ante la población, pues ¿Cómo es posible que diga que los precios agropecuarios bajaron cuando el periodo de medición estuvo marcado por el escandaloso aumento en el precio del huevo, el jitomate o el limón.

Como nadie le cree al INEGI; permítanme exponer aquí algunos otros indicadores o hechos que dan un retrato fiel de la situación que vive el país y de la desesperación de las familias mexicanas. Por ejemplo, hoy, Jorge Ferrari, Presidente de Great Place to Work (grandes lugares para trabajar), decía que en nuestro país hay 400 mil familias mexicanas que viven felices porque trabajan en un lugar agradable. 400 mil familias representan únicamente el tres por ciento del total nacional. ¿Quiere decir que el 97 por ciento de los mexicanos son infelices porque trabajan en algún lugar que detesta? Seguramente la respuesta es sí.

Pero hay hechos que son bastante más dolorosos y que sí permiten tomar una radiografía de lo sucede en México. Uno de ellos es que hace unos días tuve la oportunidad de platicar con el director general del Instituto Fonacot, César Martínez Baranda, quien me dijo que de acuerdo con un estudio confidencial, se ha detectado que millones de trabajadores están utilizando su crédito Fonacot para hacer su despensa.

Es decir que la posibilidad de adquirir bienes que pueden ayudar a mejorar el nivel de vida de los trabajadores, como muebles, aparatos electrodomésticos o electrónicos se está postergando porque los trabajadores tienen la imperiosa necesidad e comer. Y en este caso se encuentran al menos uno de cada tres créditos que otorga el Fonacot.

Algo similar ocurre en el Infonavit, en donde según fuentes del mismo instituto, más de la mitad de los créditos del programa “Mejora tu casa” se utilizan para pagar deudas de los trabajadores, lo que ha dado lugar a un mercado negro de facturas de servicios y materiales de construcción, con su correspondiente coyotaje. Pero el hecho en si es que los 40 mil pesos que se ofrecen a los trabajadores en ese programa están sirviendo para pagar deudas.

Otro retrato de la dramática realidad que se vive en México es que las tiendas de autoservicio y muchas departamentales, han tenido que poner latas vacías de leche para bebés en los estantes para entregarlas una vez que el cliente las haya pagado. Esta medida se tomó porque miles de mamás desesperadas, sobre todo de clase media que acude a esos comercios, por no tener para pagar la leche de sus hijos, vaciaban el contenido de las latas en sus bolsos.

Uno más y seguramente usted que frecuenta algún supermercado se habrá dado cuenta. Resulta que las medicinas ya no se entregan más que cuando el cliente las paga. Incluso en la mayoría de los supermercados las encapsulan en paquetes herméticos que sólo pueden abrir los cajeros. ¿Por qué? Porque muchos enfermos al no poder pagar las medicinas recurrían al hurto.

Y en este último caso, como en el anterior, déjenme comentar que hace unos días se presentó la cuenta satélite del sector salud correspondiente a 2013, en el cual se indica que las familias mexicanas gastamos 403 mil millones de pesos en servicios privados de salud, lo que incluye desde las medicinas hasta las consultas médicas –así sean del doctor Simil- o la leche para bebés.

En ese año, los servicios hospitalarios aumentaron en 3.3 por ciento, los servicios de atención ambulatoria 1.8 por ciento, la producción de medicamentos, lentes y material de curación avanzó1.5 por ciento,. En contraparte, los servicios de administración pública de la salud descendieron 4.2 por ciento, lo que fortalece la idea de que existe un desmantelamiento del sector público en materia de salud, al grado de que sólo uno de cada 10 trabajadores de este sector es empleado público.

Pues estos hechos y estos indicadores sí dan una idea de la gravedad de la situación económica de las familias Como dice el filósofo del metro: realidad mata estadística.
 
*Comentario para Radio Educación/27 de marzo de 2015


0 Comments:

Post a Comment

<< Home

 
EL SENDERO DEL PEJE senderodelpeje.comNoticias sobre Andrés Manuel López Obrador y la política mexicana hacia el 2006