El filósofo del metro dice:
Seamos realistas,
pidamos lo imposible:
un empleo digno
México, uno de los países
más pobres en empleo
Roberto Fuentes Vivar*
Esta mañana el INEGI dio a conocer los resultados de
su encuesta trimestral sobre ocupación y empleo, en la cual se demuestra la baja
calidad del empleo en México, con salarios insuficientes para satisfacer las
necesidades económicas familiares, con trabajos que no garantizan prestaciones
sociales y con condiciones laborales que se parecen a las de países africanos
que a las de los principales socios comerciales de nuestro país.
A pesar de que, según el INEGI, en el primer trimestre
del año el desempleo se redujo de 4.8 a 4.2 por ciento de la Población
Económicamente Activa, persisten situaciones que pueden considerarse graves.
Vamos por partes
-Hay 2.2 millones de mexicanos que no encuentran
empleo, a pesar de buscarlo en todos los medios.
-Otros cuatro millones de mexicanos se encuentran en
la subocupación
-28.7 millones trabajan en la informalidad
-11.2 millones laboran por su cuenta
-2.5 millones trabajan sin recibir remuneración alguna
-15.7 millones de los trabajadores subordinados y
remunerados no cuentan con un contrato por escrito
-Cinco millones están en Tasa de Presión general, que
incluye a desocupados y ocupados que buscan empleo.
-Siete millones en Condiciones Críticas de Ocupación, que
trabajan menos de 35 horas o más de 48
horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos.
-De una Población económicamente activa de 52 millones
de mexicanos, sólo 18 millones tienen acceso a seguridad social.
Este es en sí
el panorama de las condiciones de trabajo que se viven en México. Por eso es
alentador lo que puede suceder con los jornaleros de San Quintín, en donde al
parecer existen ya compromisos para incorporarlos al Instituto Mexicano del
Seguro Social, y un compromiso de pagarles 200 pesos diarios. Ojalá los
acuerdos que ya se han alcanzado se formalicen en los siguientes días.
Y aquí vale pena mencionar que en el sector primario
de la economía, en un año se perdieron 65,905 empleos, de acuerdo con la misma
encuesta de ocupación y empleo del INEGI, lo que da una idea de cómo los campesinos
abandonan el campo por los bajos salarios.
En este sentido, es muy deseable que los jornaleros de
San Quintín logren ganar toda su guerra, porque daría un nuevo impulso a los
productores agropecuarios para que mejoren las condiciones de vida de alrededor
de 25 millones de mexicanos que actualmente se distribuyen únicamente el 4 por
ciento del producto interno bruto.
Y ya que hablamos de empleo en este día del maestro,
hay que mencionar que uno de los sectores que más ha sufrido las consecuencias
de la crisis que vivimos, es el de los maestros que no sólo sobreviven con salarios
ínfimos sino que muchas veces son hostigados por sus ideas políticas y por
estar en contra de la reforma educativa promulgada por Enrique Peña Nieto.
En este sentido es indignante cómo los maestros afines
a los principios de Los Pinos serán recibidos y homenajeados por Peña Nieto,
mientras que los disidentes tienen que ganar la calle para ser recibidos apenas
por un funcionario de la secretaría de Gobernación.
Hay que señalar que muchos maestros, ante la
incapacidad de satisfacer las necesidades familiares con el salario que
perciben, tienen que engrosar las filas de los subocupados, de los ocupados en
la economía informal, de quienes conforman la tasa de presión general o de
quienes integran la tasa de condiciones críticas de ocupación.
Pero lo mismo sucede con millones de profesionales que
tienen que desempeñarse como taxistas, meseros y hasta albañiles porque los
salarios que se pagan en su profesión no les permiten una vida digna.
Sí, a pesar de que el INEGI celebre que hay menos desempleo
que hace un año, la calidad del empleo en México es una de las más bajas en el
mundo. Como dice el filósofo del metro: seamos realistas exijamos lo imposible:
un empleo digno.
*Comentario para Radio Educación/ 15 de mayo de 2015
0 Comments:
Post a Comment
<< Home