El filósofo del metro dice:
La democracia es un juego
en el que no todos jugamos
Las cifras electorales señalan que el
voto fue contra el modelo económico
Roberto Fuentes Vivar*
Mucho se ha debatido en días recientes acerca de las
elecciones del domingo pasado y el voto de castigo que ejercieron los
ciudadanos hacia los partidos políticos. Sobre todo los tres principales, es
decir el PRI, el PAN y el PRD que en términos generales perdieron electores.
Sin embargo, poco se ha analizado el papel de la
economía en el voto de los mexicanos. En otros países es muy común escuchar que
los ciudadanos votan por el bolsillo y que precisamente es el bolsillo el que
define hacia dónde se inclina el fiel de la balanza en unas elecciones.
En México sucede lo mismo, aunque los analistas
políticos intenten evadir la responsabilidad de economía en la intención de
voto y recurran al camino fácil de culpar al hartazgo político de los
resultados electorales.
El domingo pasado, los mexicanos acudimos a las urnas
y en términos generales emitimos un mensaje que aún no se ha escuchado como
debiera: estamos hartos del modelo económico y por eso decidimos tomar acciones
como no acudir a las urnas, anular el voto o sufragar por nuevas opciones como
Morena que casi inmediatamente se convirtió en una opción política interesante
y rebasó al partido de la revolución democrática en algunas entidades.
Aquí van algunos datos que demuestran la tesis de que
los mexicanos votamos por el bolsillo y en contra de un modelo económico.
A nivel nacional de cada 10 mexicanos seis no fueron a
las urnas o anularon su voto. De los cuatro restantes sólo un voto fue para el
partido en el poder, el PRI, lo que significa que sólo uno de cada10 mexicanos
está de acuerdo con la conducción de Enrique Peña Nieto al frente del país y de
su modelo económico.
En el caso del Distrito Federal, sucede lo mismo.
Luego de que el jefe de gobierno capitalino aumentó el precio del boleto del
metro, afectó a miles de ciudadanos en su bolsillo al cerrar la línea 12 del
metro y perjudicó a miles de capitalinos al poner en vigor el doble hoy no
circula que únicamente beneficia a las grandes armadoras de autos, que por
cierto no votan.
Las cifras del voto favorable o desfavorable al jefe
de gobierno capitalino son todavía más drásticas, pues el abstencionismo fue
mayor al que se registró a nivel nacional y el voto en blanco fue del doble del
promedio nacional y llegó en algunas zonas de la ciudad de México a superar el
10 por ciento.
Entre abstención y voto nulo la cifra llega casi al 70
por ciento. Es decir que de cada 10 capitalinos 7 no votaron o lo hicieron en
blanco, de los tres capitalinos que sí votaron el sufragio se diluyó a tal
grado que puede decirse que ni siquiera uno de cada diez capitalinos apoyo a Miguel
Ángel Mancera.
¿Por qué este voto en contra de Enrique Peña Nieto a
nivel nacional y de Mancera en el DF? Porque los mexicanos estamos hartos de un
modelo económico que no nos permite satisfacer las necesidades esenciales a
través de un empleo digno.
Por ese hartazgo de un modelo económico caduco que
lleva ya más de 30 años de ser intocable, muchos ciudadanos votaron por nuevas
opciones que llevan por nombre Morena, El Bronco en Nuevo león, Cuauhtémoc
Blanco en Cuernavaca o Enrique Alfaro en Guadalajara.
Si las autoridades entendieran, por ejemplo, que con
la elección del domingo hay un rechazo a la reforma energética que fue avalada
por el PAN, el PRI y otros apéndices. Es decir sólo por dos de cada 10
mexicanos. Quizá sería el momento de cambiar de rumbo la economía.
Lamentablemente, la democracia a la mexicana, está
hecha para que una minoría dominada por el PRI, el PAN y Partido Verde Ecologista,
principalmente, tome las decisiones que nos conciernen a todos los ciudadanos. Como
dice el filósofo del metro: la democracia es el juego que no todos jugamos.
*Comentario para Radio Educación/ 12 de junio de 2015
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