El filósofo del metro dice:
La cruda de los datos
puede ser más dura que
la borrachera de palabras
Instituciones desmienten a EPN
Roberto Fuentes Vivar*
No sé qué será más doloroso para un presidente, ¿Ser
destituido y puesto a disposición de las autoridades por casos de corrupción
como sucedió en Guatemala? ¿O presentar un informe de gobierno y al día
siguiente ser desmentido por las instituciones oficiales?
Seguramente en el vecino país del sur, el
expresidente Otto Pérez Molina, ha de estar sufriendo en carne propia lo mismo
que sus gobernados sufrieron durante su mandato, el cual fue rechazado por una
amplia mayoría de la población.
Pero también seguramente, en Los Pinos, Enrique Peña
Nieto debe estar sufriendo porque la población no lo quiere, dice que está en camino
incorrecto y hasta las propias instituciones lo desmienten.
El miércoles decía, textualmente casi al final de su
discurso ante 1,500 invitados especiales afines, que “Todos estos datos
confirman que, ante la debilidad de la economía internacional, ha sido la
fortaleza de nuestro mercado interno, el principal motor del crecimiento
económico del país”.
Dos días después el INEGI dio a conocer hoy el
Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior, el cual descendió
0.3% durante junio de este año frente al mes inmediato anterior. Por
componentes, el consumo de Bienes y Servicios de origen nacional tuvo un
decremento de 0.4% y el consumo de Bienes de origen importado fue superior en
4.5 por ciento. Es decir que el consumo interno y sobre todo de productos
nacionales no está tan bien como lo presumió Peña Nieto en su fiesta del día
del presidente.
En su informe particular, Peña Nieto expuso datos y
más datos, para tratar de documentar que su gobierno va por el rumbo correcto.
Sin embargo, nadie o casi nadie le creyó. Al grado de que al día siguiente, el
mismo INEGI dio a conocer el Indicador
de Confianza Empresarial Manufacturero correspondiente a agosto, el cual registró un
descenso de 0.59 puntos con respecto a julio y se ubicó en el nivel más bajo en
lo que va del sexenio,
La respuesta de este indicador es tajante, pues
menos del 50 por ciento de los empresarios tienen confianza en el gobierno de
Enrique Peña Nieto. Incluso, el subíndice que mide si es momento adecuado para invertir sumó 93
meses por debajo de los 50 puntos (de un total de 100) y en algunos segmentos –este
subíndice mide respuestas de la industria, la construcción y el comercio, está
debajo de 30 puntos. Es decir que menos de uno de cada tres empresarios
considera que es buen momento para invertir.
Para colmo, hoy el INEGI y el Banco de México
presentaron el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) al mes de agosto de
2015, con una reducción mensual de 1.18% con relación al mes anterior.
En este índice se miden las Posibilidades en el
momento actual de los integrantes del hogar comparadas con las de hace un año,
para realizar compras de muebles, televisor, lavadora, otros aparatos
electrodomésticos. El índice se ubica en 21.23 (también en una escala del 1 al
100), el nivel más bajo de la historia de este indicador.
En su fiesta del presidente, Enrique Peña Nieto dice
que no es momento de cambiar el rumbo, sino de mantenerlo y textualmente señaló
en una de las 10 acciones concretas para los próximos años que debemos “Mantener la estabilidad macroeconómica para
proteger el bienestar de las familias mexicanas”.
Lamentablemente para él, la mayoría de los mexicanos
no está de acuerdo con esa defensa de la estabilidad macroeconómica, como lo
demuestran las encuestas como las de Mitofsky y Buendía, laredo, que señalan que
sólo 22 y 18 por ciento de la población, respectivamente, dicen que el rumbo
seguido por el mandatario es el adecuado.
Quizá nadie se lo ha dicho, pero durante el gobierno
de Enrique Peña Nieto, el ritmo de crecimiento del Producto Interno Bruto ha
sido de 1,9 por ciento, cifra muy por debajo del 2.1 por ciento mantenido por
los gobiernos panistas y del 3.4 por ciento del gobierno de Ernesto Zedillo y
del 3.9 de Carlos Salinas de Gortari. Desde luego, muy abajo del de Luis
Echeverría y José López Portillo. Muy por abajo del 6% del desarrollo
estabilizador.
Sí, a pesar de los aplausos, Enrique Peña Nieto debe
sentirse triste por tener el menor crecimiento económico de los últimos 30
años. Como dice el filósofo del metro: la cruda de los datos puede ser más
fuerte que la borrachera de palabras.
*Comentario para Radio Educación/4 de septiembre de 2015
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