El filósofo del metro dice:
No es lo mismo el interés
de un banco que el interés
de los mexicanos
El alza de las tasas sí afectará
a los consumidores de crédito
Roberto Fuentes Vivar*
Como era previsible, en su reunión de esta semana la
reserva federal estadounidense aumentó sus tasas de interés en 0.25 puntos base
para los préstamos a corto plazo a las instituciones financieras de ese país,
luego de que durante 7 años se habían mantenido en cero por ciento y anunció
que en 2016 habrá otra alza en las tasas, para que de manera gradual puedan
llegar hasta 2.0 por ciento.
En forma inmediata, el banco de México también
incrementó su tasa en un cuarto de punto base, para ubicarlas en 3.25 por
ciento. Inmediatamente toda la iniciativa privada ha felicitado la decisión
porque supuestamente con ello se elimina, supuestamente, la incertidumbre.
Incluso, el presidente de la Asociación de Bancos de
México, Luis Robles Miaja, y el secretario de Hacienda Luis Videgaray,
sustentaron una conferencia de prensa en la cual aseguraron que el alza en las
tasas de interés no debe afectar a los consumidores. En el mismo sentido se ha
manifestado la presidenta de la reserva federal Janet Yellen.
Pero eso es lo que dicen los economistas ligados al poder
político y económico en México y Estados Unidos. Otros más, no oficiales,
consideran que la medida afectará a millones de ciudadanos, incluyendo a los
inversionistas, compradores de vivienda y hasta ahorradores.
En nuestro país, realmente no existen condiciones
para que aumenten las tasas a los consumidores, pues ninguna institución
financiera respeta las tasas de tres por ciento, como estaban hasta anteayer.
Concretamente, las tasas de interés para préstamos
al consumo se encuentran en niveles de 40 por ciento, en materia hipotecaria se
ubican en alrededor de 10 por ciento y en créditos empresariales también llegan
a superar los dos dígitos.
Por eso, es previsible que –aunque no deberían
afectar como dicen Carstens, Videgaray y Luis Robles Miaja- en el mediano
plazo, es decir en 2016, comiencen a presentarse aumentos en el costo del
financiamiento, con una afectación directa para los clientes de la banca,
aseguradoras, casas de bolsa y demás..
¿Y quiénes serán los verdaderos ganadores? Pues nada
más y nada menos que los 23 grupos financieros que operan en el país y que
siguen haciendo de México el cochinito para subsidiar a sus casas matrices.
En este sentido, vale la pena mencionar que, por
intereses y comisiones, estos 23 grupos financieros –que manejan bancos, casas
de bolsa y aseguradoras- recibirán este año alrededor de 500 mil millones de
pesos, superando los 457 mil millones del año pasado.
Según las estadísticas de la Comisión Nacional
Bancaria y de valores, al cierre del tercer trimestre los grupos financieros
aumentaron sus activos totales a más de ocho billones de pesos, 15.4 por ciento
más que en septiembre de 2014. Su cartera de crédito creció 12.6 por ciento en
el mismo periodo.
Esto quiere decir que los bancos se encuentran en el
mejor momento de su historia, como lo dice el propio Luis Robles Miaja, con un
crecimiento sostenido cuatro veces mayor que la economía. Buena parte de este
crecimiento se debe a los intereses que cobran.
Ojalá ahora sacrifiquen un poco sus utilidades que
este año rebasaran los 100 mil millones de pesos, y decidan mantener las tasas
de interés y no aumentarlas afectando a los consumidores. Lamentablemente se
trata de sueños guajiros, pues seguramente veremos en unos meses más un repunte
en las tasas que cobran a sus clientes. Como dice el filósofo del metro. No es
lo mismo el interés de un banco que el interés de los mexicanos.
*Comentario para Radio Educación/18 de diciembre de 2015
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