El filósofo del metro dice:
Más trabajo, menos
remuneraciones igual a más
ingresos para las empresas
Trabajadores se endeudan para comer
Roberto Fuentes Vivar*
Uno de los datos que con mayor dramatismo refleja la
situación que viven los mexicanos es que la mitad de los créditos que otorga el
Instituto Fonacot, es para que los trabajadores compren comida. Según el
director de ese organismo César Alberto Martínez Baranda, el trabajador se está
endeudando para satisfacer sus necesidades primarias, que es la comida que
debería de cubrirlas de otra forma y destinar el crédito para la adquisición de
bienes de consumo duradero o para pagar un servicio, o sus vacaciones o la
educación de sus hijos.
Hay que señalar que el mismo funcionario público
hace un año me decía con preocupación
que uno de cada tres créditos era para adquirir la despensa. Esto significa que
en un año la cifra de trabajadores endeudados con el Fonacot para adquirir
comida creció 50 por ciento. Incluso este instituto propondrá el próximo mes,
en su asamblea, ampliar su capital de 660 millones a 3 mil 900 millones de
pesos para poder atender la demanda.
Porqué los trabajadores se están endeudando para
comprar comida. Simplemente porque el salario no les alcanza. La situación es
tan grave que mientras que las autoridades festejan que existe la inflación más
baja de la historia, en menos de un mes la clase trabajadora ha recibido dos
fuertes golpes a su bolsillo. Uno el aumento en el precio de la tortilla. Otro,
el alza en el precio de los refrescos. Concretamente Pepsi y Coca-cola aumentar
sus precios entre 5 y 20 por ciento, lo que afectará aún más a la dañada clase
trabajadora.
Esta situación se enmarca en una serie de datos que
demuestran que el débil crecimiento económico se sustentó en la
sobreexplotación de mexicanos. Aquí vale la pena mencionar un ejemplo:
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI) dio a conocer la Estadística Mensual sobre Establecimientos con Programa
de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación
(Immex) a diciembre del año pasado.
En el cuadro titulado “Horas Trabajadas Totales” se
observa que en diciembre se llegó a un nivel máximo histórico con 513 millones
814 mil horas trabajadas, cifra muy superior a las 496 millones del inicio del
año.
Paralelamente, en el cuadro Remuneraciones Medias
Reales Totales, puede verse que en diciembre hay una marcada caída en los
pagos, por lo que se llegó a 11 mil 605 pesos, cantidad bastante inferior a los
12 ml 057 pesos que se registraron en octubre de 2011, cuando se registró un récord. Si se analiza
el cuadro puede deducirse que en lo que va del sexenio las remuneraciones de
los trabajadores de las maquiladoras se
han ido reduciendo. Cabe señalar que en la industria textil las remuneraciones
fueron de sólo siete mil 487 pesos y en la agricultura de seis mil 073 pesos.
Mientras tanto, los ingresos mensuales de las
empresas maquiladoras y manufactureras subieron a 325 mil 642 millones de
pesos, mientras que el año anterior habían sido de 286 mil 358 millones, lo que
indica que aumentaron casi un 20 por ciento, a costa de menores remuneraciones
y más horas trabajadas.
Paralelamente gracias a la devaluación del peso, el
salario mínimo mexicano se ubicó como el más bajo de América Latina y uno de
los más bajaos del mundo, superado sólo por algunos países africanos.
Resulta que, el salario mínimo mexicano es de sólo
119 dólares mensuales, mientras que en República Dominicana Haití o Nicaragua
es de más del doble, pues respectivamente se sitúa en 231 dólares, 238 dólares y
252 dólares.
Con estos salarios, no sería nada raro que en un
futuro los albañiles tengan que recurrir al fonacot para comprar su chesco
diario y su lata de sardinas. Como dice el filósofo del metro: Más trabajo,
menos remuneraciones igual a multiplicación de ingresos para las empresas.
*Comentario para Radio Educación/18 de marzo de 2016
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