El filósofo del metro dice:
Crecer sin distribuir
es aumentar la ilusión
Durante 2015, hubo una
economía contradictoria
Roberto Fuentes Vivar*
Ya
comenzaron a presentarse algunos datos finales del comportamiento durante todo el
año pasado y el resultado puede resumiré en que 2015 fue un año de altas
contradicciones económicas.
Esta
mañana, el INEGI dio a conocer su estimación oportuna del Producto Interno
Bruto (PIB) Trimestral, en la cual señala que de septiembre a diciembre la
economía creció 0.6por ciento, con respecto al trimestre anterior y 2.5 por
ciento, con relación al mismo periodo del año pasado, lo que dio un resultado
anual de 2.5 por ciento.
Esta
cifra podría considerarse positiva si se compara con el nulo avance o hasta el
decrecimiento en algunos países de América Latina y hasta más favorable que el
incremento del PIB en Estados Unidos, que fue de 2.4 por ciento.
Sin
embargo, hay varios elementos para señalar que el crecimiento de 2.5 por ciento
no se reflejó en el bolsillo de los mexicanos, quienes por el contrario nos
endeudamos más y tenemos menos empleo. Un ejemplo es el propio INEGI informó
hace unos días que en diciembre el desempleo volvió a repuntar a casi 4.4 por
ciento.
Otro
de los aspectos en donde puede verse que el crecimiento no fue parejo, es que
los bancos comenzaron a reportar sus estados financieros del año pasado. Hasta
el momento Banorte y Santander son los que han presentado sus resultados y en
ambos casos hay un crecimiento de dos dígitos en crecimiento de su cartera de
crédito.
Banorte
la aumentó en 10 por ciento para llegar a un total de 518 mil millones de pesos
y Santander en 17 por ciento para alcanzar 547 mil millones. Esto quiere decir
que entre estos dos bancos hay una cartera de más de un billón de pesos, lo que
significa que en promedio cada mexicano adulto le debe solo a estos dos bancos
algo así como 10 mil pesos. En síntesis los mexicanos terminamos el año más
endeudados con los bancos privados que en 2014.
Otro
elemento que es muy grave para la economía es que la balanza comercial registró
un déficit de 14 mil millones de dólares durante 2015, uno de los desequilibrios
más altos de la historia. Lo más preocupante es que la compra el exterior de
bienes de consumo que incluyen desde chocolates, hasta autos o lavadoras de
lujo, llegó a 56 mil 279 millones de dólares, mientras que las exportaciones de
crudo solo fueron de 23 mil 432 millones de dólares.
Es
decir que por cada dólar de petróleo que vendimos al exterior, compramos dos
dólares en productos terminados que en nada benefician a la economía nacional.
Desde
luego, estas importaciones también gravitan sobre el peso mexicano y son uno de
los elementos que hacen que la moneda mexicana cada día pierda más valor. Si se
toman en cuenta los más de 25 mil millones de dólares en que han caído las
reservas y estos casi 60 mil millones de dólares de compras suntuarias, durante
el año pasado salieron del país casi 90 mil millones de dólares, más de un
billón 600 mil millones de pesos, que bien hubieran servido para impulsar la
economía a través de la construcción de infraestructura o de aumentos
salariales que beneficiaran al mercado interno
¿No
será este el momento oportuno, para que exista una economía más pareja y se
frenen las importaciones suntuarias? Como dice el filósofo del metro: crecer
sin distribuir no es crecimiento, es ilusión.
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