El filósofo del metro dice:
Caridad es que un rico
subsidie a un pobre.
Neoliberalismo es que
pobres subsidien a ricos
Las medidas de SHCP y Banxico
Nuevamente de pocos para pocos
Roberto Fuentes Vivar*
Esta
semana se consolidó en México un sistema económico de pocos para pocos y a
pesar de los regaños del Papa Francisco en el sentido de que los privilegios y
beneficios de unos pocos en detrimento del bien de todos, conlleva a la
corrupción y a la violencia, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y el gobernador
del Banco de México, presentaron un paquetazo de emergencia que nuevamente
beneficia solo a unos cuantos.
Concretamente,
las medidas anunciadas por las autoridades financieras son tres: el retiro de
las subastas de dólares, un recorte presupuestal por 132 mil 300 millones de pesos
y el aumento de a las tasas de referencia para quedar en 3.75 por ciento.
La
primera medida, es decir el retiro de las subastas de dólares, tiene como
propósito evitar la especulación con moneda extranjera. En este sentido hay que
señalar que en un año, las reservas perdieron casi 30 mil millones de dólares
que fueron a parar a las manos de especuladores y muy probablemente hasta
financiaron una fuga de capitales. De hecho, a través de las subastas todos los
mexicanos subsidiamos la especulación y la pérdida de valor de la moneda
nacional. Esta cifra quintuplica el
ajuste presupuestal anunciado para el año
Esta
medida puede considerarse positiva, pues significa que quienes intentan
especular contra el peso tendrán que adquirir el dólar en su precio de mercado
y no como sucedía hasta la semana pasada que compraban una divisa extranjera
subsidiada.
En
cuanto al recorte presupuestal, que equivale a 0.7 por ciento del Producto
Interno Bruto, definitivamente incidirá en un menor crecimiento económico del
país, ya que otra vez se frena la inversión pública que tanta falta hace a
México.
En
cuanto a esta medida vale la pena mencionar dos aspectos. Uno, que Luis
Videgaray y Agustín Carstens perdieron una oportunidad histórica de
congraciarse con la sociedad que demanda a gritos medidas como bajar el sueldo
de los altos funcionarios públicos o reducir gastos superfluos e incluso
disminuir subsidios a partidos políticos, para volver a tomar acciones que
perjudican a muchos y benefician a pocos.
Otro
aspecto importante es que mientras se anunciaba el recorte, la Auditoría
Superior de la Federación, presentaba los resultados de las auditorias al gasto
público en 2014, en donde encontró 42 mil 702 millones de pesos no
justificados, además de un subejercicio en los estados por 63 mil millones de
pesos y casi 70 mil millones de peso que podrían significar quebranto
patrimonial. Si se suman todos estos elementos, hay una cantidad superior al
recorte presupuestal anunciado para este año.
De
todas, la medida que más afecta a los mexicanos es el aumento de tasas de
interés. Oficialmente con esta alza, se busca ofrecer un premio mayor a los
ahorradores (especuladores) que nada más en lo que va de este año han sacado
unos 10 mil millones de dólares de los mercados mexicanos.
Sin
embargo, al subir las tasas automáticamente se encarece el crédito, por lo que muchos
de los programas de inversión privados podrían frenarse.
Paralelamente,
aunque los banqueros han asegurado que no repercutirán el alza a sus clientes,
sí es previsible que para usted o para mí, aumenten el rédito que tenemos que
pagar por los préstamos. Aquí vale la pena mencionar, en promedio la cartera de
crédito de los bancos creció 14.6 por ciento y llegó a 3.8 billones de pesos,
mientras que los salarios, según la Secretaría del Trabajo aumentaron 4.11 por
ciento. Es decir que los ciudadanos nos endeudamos casi cuatro veces de lo que
aumentaron los ingresos. Esto en cifras significa que cada uno de los 55 millones
de mexicanos de la Población Económicamente Activa debe a los bancos, en
promedio, alrededor de 69 mil pesos, cifra que seguramente aumentará por el
alza de tasas. Es decir otra vez los más afectados seremos los ciudadanos de a
pie, mientras que los altos funcionarios siguen recibiendo su salario íntegro,
a pesar de que no cumplen sus promesas. Como dice el filósofo del metro: caridad
es que el rico subsidie al pobre. Neoliberalismo es que el pobre subsidie al
rico.
*Comentario para Radio Educación/19 de febrero de 2016
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