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Friday, October 07, 2016

El filósofo del metro dice:


FMI no es Fondo Monetario 
Internacional, sino Friéguense 
Mexicanos Ilusos

Privatizar beneficios
y socializar perjuicios

Roberto Fuentes Vivar*


En la reunión de  otoño del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que se celebra en Washington, nuevamente México estuvo presente. No nada más con la asistencia del nuevo secretario de Hacienda José Antonio Meade, sino para ser víctima, otra vez, de nuevas recetas que tratan de imponer los policías financieros del mundo.
A diferencia de ocasiones anteriores en que únicamente se entregaban estrellitas de buena conducta a nuestro país, este año hubo algo así como la zanahoria y el garrote. Por un lado, sí hubo reconocimientos y hasta le pusieron palomita a México porque Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray y ahora José Antonio Meade, se portaron bien.
Por el otro vinieron los regaños porque la deuda pública se les ha salido de control y a pesar de que para pagarla los mexicanos vamos a tener que sufrir el año entrante un recorte presupuestal que significa algo así como 3 mil 300 pesos por cada mexicano, los organismos multilaterales y vigilantes del modelo económico no están contentos.
Por eso, propusieron que nuestro país  cree un Consejo Fiscal Independiente que vigile el crecimiento de la deuda pública y ¡Obvio! como se ejerce el presupuesto, porque parece ser que el FMI y el Banco Mundial no están de acuerdo con que se destine dinero a programas como el combate a la pobreza.
La receta del FMI fue presentada textualmente de la siguiente forma:   “La recomendación que nosotros hacemos en la supervisión bilateral es que México podría beneficiarse si creara un Consejo Fiscal Independiente; podría tener un vínculo más estrecho entre las metas de deuda y los objetivos de deuda, podría invertir más en el marco de reglas sociales para que exista la flexibilidad necesaria a corto plazo, y que eso coincida con un proyecto de crecimiento bien anclado”.
Quién sabe qué quisieron decir exactamente con toda esa palabrería, pero una de los hechos interesantes que, quizá por primera vez en la historia, las autoridades mexicanas dijeron que no a la receta, porque según ellas no necesitamos ese órgano supervisor independiente y hasta explicaron que es la segunda vez que el FMI hace la propuesta.
En España sí le hicieron caso al FMI y crearon este consejo independiente de responsabilidad fiscal, para lo cual tuvieron que modificar. A cuatro años de haberse creado, lo único que ha hecho es emitir declaraciones de que España sigue teniendo un fuerte problema de credibilidad y que si tuviera la credibilidad de países como Bélgica, ahorraría millones de euros.
Ahora esa receta pretenden imponérsela a México, cuando prácticamente todas las recomendaciones del FMI y del Banco Mundial han fracasado. Están concretamente los casos de la reforma energética, de la reforma laboral, de la reforma fiscal y muchas otras que han mantenido a los mexicanos al borde de la miseria para satisfacer las necesidades de los organismos internacionales, de las calificadoras y de los bancos globales.
Desde luego, en esta reunión de otoño, también el Banco Mundial hizo sus recomendaciones a nuestro país. En México, dijo el banco, es un misterio que no crezca la economía y sugirió que aún hay mucho espacio para nuevas reformas estructurales.
Con esta nueva receta del fondo para crear un consejo independiente que vigile la deuda y el presupuesto y la negativa del gobierno mexicano a instaurarlo, por lo menos de momento, la reunión de otoño tuvo un nuevo enfoque, en el cual desde luego estuvieron las malas noticias como la de del FMI que redujo el pronóstico de crecimiento de la economía mexicana a solo 2.1 por ciento para este año, desde 2.5 por ciento que había previsto hace unos meses.
LO que sí es un hecho es que el tema de la deuda pública, que pasará de 48 a 56 por ciento del producto interno bruto al finalizar este sexenio (sin contar desde luego algunos aspectos que no se toman como deuda), es que los agentes internacionales que van desde el FMI hasta las calificadoras y los especuladores que pueden sacar miles de millones de dólares de un país en cuestión de segundos, están preocupados porque el gobierno debe mucho y el problema es que lo debemos todos los mexicanos sin que hubiéramos tenido un beneficio real.

Ojalá esta deuda que tanto preocupa a la policía financiera internacional, se la cobraran a los funcionarios que se enriquecieron en sus cargos públicos y no la socializaran para que la paguen quienes menos tienen. Otra vez la receta de privatizar beneficios y socializar perjuicios. Dice el filósofo del metro: FMI no quiere decir fondo monetario internacional, sino friéguense mexicanos ilusos.
Comentario para Radio Educación/ 7 de octubre de 2016

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