El filósofo del metro dice:
Árbol que crece torcido
busca su sombra en el PRI
El tarifazo en la luz, nuevo
golpe a la economía nacional
Roberto Fuentes Vivar*
Hace
una semana, después de que registró el gasolinazo, la Confederación de Cámaras
industriales lanzaba un grito de alerta, pues consideraba que por los aumentos
de precios en los insumos el sector secundario de la economía, registraría, a
lo mucho, un crecimiento de 1.0 por ciento para este año, es decir menos de la
mitad del crecimiento general del país.
Y
eso que aún no se había anunciado el tarifazo, como ya se le ha llamado al
aumento en las tarifas eléctricas y que significa otro fuerte golpe para el
sector industrial. Nada más hay que señalar que cerca del 60 por ciento de la
energía eléctrica que se consume en el país se dedica precisamente a la
economía secundaria.
De
acuerdo con el comunicado en el que se anunció el tarifazo, para el sector
industrial será de entre 2 y 5%. Los comercios verán en su recibo un
aumento de entre 5 y 7%. La tarifa doméstica de alto consumo repuntará
6.8%.
Seguramente
este aumento, aunado al alza en la gasolina y a la devaluación del peso con
motivo de la especulación generada por el Brexit, será un golpe más para la
industria y desde luego para el comercio y para los servicios. En términos
generales, para toda la economía, pues los productores no pueden absorber el
aumento.
Hoy,
el INEGI dio a conocer que los precios al productor subieron en junio a una
tasa anual de 5.62 por ciento y sin tomar en cuenta el costo de los
energéticos, lo que significa un aumento del doble que el de la tasa de
inflación que creció anualmente 2.54 por
ciento.
El
tarifazo tendrá una doble repercusión para la mayoría de la población mexicana.
Una, por la forma en que los productores y los prestadores de servicios van a
aumentar el precio de sus bienes. Otro por el aumento directo que les llegará
en su próximo recibo de la luz.
¿Y
quién es el autor de este tarifazo?, pues nada menos que el director general de
la Comisión federal de Electricidad, Enrique Ochoa Reza, quien al día siguiente
del aumentó se apuntó para ser presidente del PRI Y ahora ya prepara sus
maletas para dejar su oficina en la colonia Cuauhtémoc y trasladarse a
Insurgentes Norte.
¿Le
creerán los ciudadanos a un personaje que se dedicó a mentir durante los años
más recientes? Y quizá lo que hay que poner nuevamente en la mesa de discusión
es la reforma energética y las medidas que se han tomado en este sector.
Desde
que Felipe Calderón, de un plumazo, decidió desmantelar la Compañía de Luz y
Fuerza del Centro para trasladar la operación a la Comisión Federal de
Electricidad, se nos dijo a los consumidores que automáticamente bajarían las
tarifas de la luz. Fue una mentira.
Posteriormente
se nos prometió a los ciudadanos que con la reforma energética, automáticamente
bajarían las tarifas de luz. Otra mentira constatada con el tarifazo de esta semana.
¿Se le puede creer a un presidente que promete algo que no se cumple?
Pero
quizá el colmo de la desfachatez es el del secretario de Energía, Pedro Joaquín
Coldwell, quien hoy, en Nuevo León, decía que los mexicanos tendremos que acostumbrarnos
a los aumentos en los precios de la gasolina y la energía eléctrica. Según él
el gasolinazo y el tarifazo se debieron a los aumentos en los insumos de la
materia prima y los costos de distribución y explicaba que los energéticos son
un bien en el mercado y sus pueden subir o bajar, dependiendo de elementos como
los precios internacionales del crudo y de las materias.
Si
ese es el razonamiento de Enrique Peña Nieto y de Joaquín Coldwell, en este
momento los precios deberían de bajar y no de subir, pues los precios del crudo
se encuentran en niveles mínimos a nivel internacional.
Por
eso, ya nadie les cree y el nivel de popularidad del presidente mexicano está
en los suelos. Ese sí bajó como deberían haberlo hecho los precios. Dice el
filósofo del metro: árbol que crece torcido busca su sombra en el PRI.
*Comentario para Radio Educación/ 8 de julio de 2016
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