El filosofo del metro dice:
En la casta beduina
también hay clases
De las elecciones surgió
un eje político libanés
Roberto Fuentes Vivar*
Las
elecciones del domingo pasado fueron un llamado de atención para todos. Para el
gobierno federal, para los gobiernos estatales y hasta para los partidos
políticos. De hecho, ninguno de los partidos políticos puede sentirse
satisfecho con los resultados. Desde luego el PRI fue el gran perdedor por una
mala política en contra de la corrupción y el sostenimiento de un modelo
económico que afecta a la mayoría de la población. El PAN, a pesar de la
sorpresa, tampoco puede estar satisfecho, porque la mayoría de sus triunfos se
deben a personajes que en su momento fueron del PRI. Desde luego, el PRD ya se
convirtió en una especie de rémora del PAN y Morena no alcanzó los resultados
esperados en los estados, aunque se posicionó como tercera fuerza electoral.
Pero
más allá de estos resultados que han sido ampliamente revisados por los
analistas políticos, al igual que, nuevamente, el fracaso de las encuestas, hay
un asunto que llama la atención. Cinco de los 12 nuevos gobernadores son de
origen libanés.
En
Oaxaca, Alejandro Murat (PRI); en Veracruz, Miguel Ángel Yunes (PAN); en
Hidalgo, Omar Fayad (PRI); en Puebla, Antonio Gali Fayad (PAN), y en Quintana
Roo, Carlos Joaquín González (PAN). Se trata de una situación histórica, pues
nunca se había registrado tal número de gobernadores de ascendencia libanesa en
México.
Lo
interesante es que estos cinco gobernadores forman una especie de franja o eje
que abarca desde el Océano Pacífico hasta el Golfo de México e incluye el Mar
Caribe, además de una zona estratégicamente importante del centro-oriente de la
República Mexicana.
Hay
que señalar que históricamente los capitales mexicano-libaneses han sido
determinantes en la economía nacional. Sin ellos, por ejemplo, no se hubiera
podido desarrollar el Caribe Mexicano como potencia turística mundial, ni se
habría logrado alcanzar la modernización tecnológica que se vive en nuestro
país.
Si
bien no existen cifras seguras de la importancia económica de los libaneses en
el país, si puede considerarse que –entre los capitales depositados en la bolsa
por parte de empresarios de origen y los cientos de empresas familiares y
regionales que manejan- significa entre el 15 y el 20 por ciento del Producto
Interno Bruto.
Desde
luego que entre los libaneses existen varias mafias como la que encabeza Kamel
Nacif, el Rey de la mezclilla, en Puebla y que tiende sus redes hasta Quintana
Roo, en donde ahora gobernará un libanés, lo mismo que en Puebla.
También
existen otras mafias de libaneses como la del estado de México, en donde hay
personajes tan nefastos como Lord Me La Pelas, dueño de varios periódicos, como
lo que queda de UnomásUno y estaciones de radio que operan en territorio
mexiquense, en donde los medios de comunicación son controlados precisamente
por esta mafia.
Paralelamente
existen otros capitales libaneses que se la han jugado con México y que en un
momento dado han invertido miles de millones de dólares para detonar la
economía mexicana como es el caso de Carlos Slim.
No
sea si el hecho de que exista este eje de gobernadores libaneses sea fortuito o
haya sido fríamente calculado por alguna mente maquiavélica. Lo que sí es casi
seguro es que, con base en esta franja geoeconómicamente importante en la
República Mexicana, se vayan a desarrollar obras que podrían cambiar el futuro
de la región.
Concretamente,
por ejemplo, es casi seguro que se desarrolle ahora sí, el corredor que cruce
el Istmo de Tehuantepec, concretamente desde Salina Cruz, Oaxaca, hasta la zona
petrolera de Coatzacoalcos en Veracruz. Según el ahora gobernador electo de Oaxaca,
Alejandro Murat, ahora sí va esta obra que permitirá detonar el desarrollo del sur
del país. La pregunta es si se construirá precisamente con capitales libaneses
y en qué condiciones. Esta podría ser la megaobra de muchos sexenios. Ojalá
estos gobernadores actúen como los buenos libaneses y como las mafias, porque,
como dice el filósofo del metro, hasta en la casta beduina también hay clases.
*Comentario para Radio Educación/10 de junio de 2016
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