El filósofo del metro dice:
La política es el arte de
volver verdad una mentira
Semana de desatinos del
gobierno de Peña Nieto
Roberto Fuentes Vivar*
Esta fue una semana de desatinos del gobierno
federal. Comenzó con el nuevo pacto o Acuerdo para el Fortalecimiento Económico
y la Protección de la Economía Familiar (enésima edición de aquel primer Pacto
que se firmó el 15 de diciembre de 1987 a pocas semanas del crack bursátil de
ese año y con la mayor inflación de la historia) y concluyó con la
declaraciones de Enrique Peña Nieto de ayer en el sentido de que el petróleo ya
prácticamente se agotó y la de hoy ensalzando el turismo como una fuente de
divisas, ante la cada vez más pronunciada caída de los ingresos por
hidrocarburos.
Paralelamente, todas los reportes que presentó el
Instituto Nacional de Estadística y geografía (INEGI) como la inflación, el
consumo interno, la inversión fija y la producción industrial, muestra que la
economía del país está prácticamente estancada desde hace cuatro años, sin que
el presidente y su gabinete lo quieran reconocer.
A todo esto se agrega la amenazada cada vez más
latente de que la próxima semana, cuando Donald Trump asuma la presidencia de
Estados Unidos podría provocar más daños a la micro, la macro y la economía a
secas, con medidas que pueden resultar nocivas para la clase gobernante y hasta
para la mayoría de la sociedad.
Lamentablemente, como se vio desde el lunes, cuando
se firmó la nueva edición del Pacto, el gobierno federal insiste en gobernar
para el 20 por ciento de la población mexicana, mientras que la gran mayoría de
los mexicanos, alrededor del 80 por ciento, no se sienten representado y están
en contra de las medidas gubernamentales.
Veamos quién firmó ese nuevo pacto y sus ausencias.
No estuvieron presentes el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, ni
la Conferencia Nacional de Gobernadores, ni las agrupaciones obreras, campesinas
o sociales que representan a muchos millones de mexicanos. Incluso hay que
recordar que la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) se
negó a firmar el documento, lo que demuestra la escisión que existe en los
organismos privados.
De los presentes y firmantes, estuvieron Enrique
Peña Nieto y tres secretarios de estado. En las elecciones de 2012, el 80 por
ciento de los mexicanos no votó o lo hizo en contra del PRI, lo que
definitivamente le resta representatividad al habitante de los Pinos, pues sólo
el 20% de la población lo apoyó hace más
de cuatro y actualmente sólo el 20 por ciento está de acuerdo con su gobierno.
Otro de los hablantes en el Pacto fue Juan Pablo
Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), quien ni
siquiera fue respaldado por su organismo de origen, la Coparmex. Aparte, de las
más de cinco millones registrados en el país, en el Directorio Estadístico Nacional de
Unidades Empresariales, solo 700 mil están afiliados a alguna cámara y no
precisamente adscrita a organismos del Consejo, por lo que el CCE representa
solo al 15 por ciento de los empresarios del país.
El otro hablante del Pacto, fue Carlos Aceves del
Olmo, líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), quien ostentó
su reloj Patek Philippe de alrededor de medio millón de pesos, Actualmente la
CTM representa a apenas 700 mil afiliados y a 376 de los 1,721 sindicatos
registrdos ante las autoridades, pero no por ejemplo a los 728 sindicatos
independientes. Si se toma en cuenta que en México la Población Económicamente
Activa es de 55 millones de personas, la representatividad de esa central
obrera es mínima.
Uno de los organismos firmantes fue la Confederación Nacional Campesina
que cuenta con 32 ligas estatales de
comunidades agrarias y sindicatos campesinos, más de 25 organizaciones por
ramas. Pero no lo hicieron una decena de centrales que en total agrupan a más
de tres millones de campesinos.
Estas cifras dan una idea muy concreta de cómo Enrique
Peña Nieto y sus organismos afines, gobiernan sólo para el 20 por ciento de la
población y excluyen en sus decisiones a uno de cada cinco mexicanos en
promedio.
Por eso precisamente, en todo el país millones de
mexicanos están descontentos y han comenzado a tomar las calles en todas las
entidades de la república Mexicana en un movimiento cuyo detonador fue
precisamente el gasolinazo.
El problema para México es que Enrique Peña Nieto
practica una política de verdades a medias. Dice el filósofo del metro: la
política es el arte de hacer que las mentiras se conviertan en verdades.
*Comentario Para Radio Educación/ 13 de enero de 2017
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