El filósofo del metro dice:
Al proteccionismo
se le puede responder
con nacionalismo
no con entreguismo.
Con Trump, México debe
cambiar modelo económico
Roberto Fuentes Vivar*
Pues
finalmente llegó el día T de Trump y el
empresario tramposo asumió la presidencia de Estados Unidos, ante el temor de
un mundo que se ha declarado en incertidumbre.
Hay
por lo menos cinco puntos destacan de su discurso inaugural y que tienen que
ver directamente con México, aunque en ningún momento mencionó por su nombre a
nuestro país.
Una
es que Donald Trump se asumió como dirigente global, a pesar de su discurso
proteccionista al señalar que Estados Unidos, desde este 20 de enero, va a
determinar el rumbo que siga el mundo en un futuro.
Otro
señalamiento es que prometió que cada decisión que tome su gobierno será para
proteger el derecho de los estadounidenses.
Uno
más es que dijo que Estados Unidos
deberá “Protegerse de los países que toman nuestras empresas, nuestros
comercios y nuestros empleos”.
Un
punto más es que así como el lema de su campaña fue “hagamos grande Estados
Unidos otra vez”, ahora plantea un lema de su gobierno que señala: “Compra estadounidense
y contrata a estadounidenses”.
El
quinto punto es que prometió defender el territorio estadounidense y criticó
que anteriormente se gastaran millones de para defender "las fronteras de
otras naciones mientras se negó defender las nuestras".
Estos
cinco puntos dan una idea muy clara del proteccionismo económico, político y
social que pretende instaurar durante su gobierno. Aquí vale la pena recordar
que hace ocho años, cuando Barak Obama tomó posesión, en plena crisis de la burbuja
especulativa, adoptó una posición similar a la de José López Portillo cuando
dijo que defendería el peso como perro y el presidente estadounidense prometió
que los grandes especulativos no volverían a dominar al mundo. Definitivamente
no lo logró.
Ahora
hay que ver si Donald Trump logra cumplir sus propósitos de toma de posesión.
De hacerlo, definitivamente pondría a México al borde del colapso, pues nuestro
país desde hace 30 años ha colocado al comercio exterior como el pilar de la
economía y dentro del comercio exterior el 80 por ciento depende precisamente de
las ventas a Estados Unidos.
Por
cierto que hay que señalar que mientras el mundo estaba pendiente de la toma de
posesión de Trump, los asistentes a la reunión de Davos, el ícono de la
globalización mundial, estaban aislados en su burbuja neoliberal sin que nadie
les hiciera caso. Ahí precisamente la directora gerente del Fondo Monetario
Internacional, Christine Lagarde, señaló que la economía mexicana está
prácticamente indexada a la de Estados Unidos.
Pues
si la economía mexicana está indexada a la de Estados Unidos y la de Estados
Unidos se cierra, es urgente que las autoridades mexicanas, desde el presidente
Peña Nieto, hasta sus personeros más cercanos como los organismos cúpula de la
iniciativa privada, deben comenzar a trazar un plan de emergencia que contenga
al menos estos cinco puntos:
1.-
Prepararse casi de manera inmediata para recibir a los posibles deportados que
seguramente tendrán al país como resultado de una política de “Protegerse de
los países que toman nuestras empresas, nuestros comercios y nuestros empleos”.
2.-
Prepararse para renegociar el Tratado de Libre Comercio. Y aquí vale la pena
mencionar que si se quiere sacar provecho de esta negociación, las autoridades
deberán consultar en serio a la sociedad, no como se hizo “a modo” hace más de
20 años.
3.-
Modificar el esquema económico mexicano para transitar de una economía basada
en el comercio exterior a un modelo que tenga como pilar la economía interna. Dentro
de este punto se encuentra no sólo la famosa productividad, sino el
mejoramiento de la clase media.
4.-
Desligarse de la economía estadounidense. En este sentido, urge que, en materia
de comercio exterior, nuestro país diversifique sus exportaciones.
5.-
Crear las condiciones internas para que los migrantes prefieran permanecer en
suelo mexicano en vez de buscar la aventura del american way of life, que cada vez
estará más cerrada para los compatriotas.
No
es una tarea sencilla, pero puede lograrse, sobre todo si se toman en cuenta
los intereses de una sociedad que quiere dejar de ser el patio trasero de
Estados Unidos.
Dice
el filósofo del metro: al proteccionismo se puede responder con nacionalismo.
*Comentario para Radio Educación/20 de enero de 2017
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