El filósofo del metro dice:
Para pasar a lo barrido hay
que limpiar primero el suelo
La UAM estrena rector
pero con viejos fraudes
Roberto Fuentes Vivar*
Finalmente, anoche la Junta Directiva de la
Universidad Autónoma Metropolitana dio a conocer quién será el nuevo rector
general de la casa de estudios. Se trata de Eduardo Peñalosa Castro, quien fue
rector de la unidad Cuajimalpa.
Déjenme decirle que el nuevo rector forma parte de
una familia suigéneris, ligada íntimamente al periodismo la
academia. Su padre Javier Peñalosa fue mi maestro hace 45 años y fue de los
periodistas que siguieron a Julio Scherer en 1976 de Excélsior a Proceso. Su
madre es la poetisa Dolores Castro, a quien le tengo un cariño y un respeto
inmensos. Todavía a sus más de 90 años sigue semanalmente impartiendo talleres
de poesía en la escuela Carlos Septién García.
Por eso, a él lo conocí cuando él era un niño y poco
se de su vida profesional actual. Sin embargo su nombramiento ha sido ya objeto
de debate, pues una parte de los académicos no están de acuerdo con su llegada,
mientras que otros consideran que desempeñará un buen papel.
Una de los hechos que son más cuestionados, es que
la Junta Directiva prácticamente hizo una elección al vapor, sin una verdadera
auscultación a la comunidad, pues apenas el 19 de junio dio a conocer una lista
de 12 aspirantes y dio a conocer su decisión anoche para que tome posesión el
lunes.
Pero quizá lo más grave es que la UAM se encuentra
en su corta historia en una situación lamentable. Con escasos recursos y con
poca capacidad financiera para pagar a personal docente altamente calificado,
como era su planteamiento original.
Recuerdo una entrevista que le hice al primer rector
en 1974, Pedro Ramírez Vázquez, quien me explicaba que precisamente la
fundación de esta universidad correspondía a una propuesta de la Asociación
Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES) para
crear una institución de excelencia académica.
En este sentido, una de las propuestas del nuevo
rector Peñalosa Castro es recuperar la excelencia académica, buscar un mayor
presupuesto para ello y además impulsar un reglamento de transparencia y
rendición de cuentas para el acceso a la información sobre el destino de los
recursos de la universidad.
Aquí es en donde entra lo grave de la UNAM, pues en
años recientes sus finanzas se enfrentan
a una situación paradójica. Por una parte existe escasez de recursos para
mejorar salarios de maestros de alto nivel. Por otra hay un derroche de
recursos en obras suntuarias que poco o nada tienen que ver con la vida
académica.
Por la estrechez financiera hay obras sin terminar y
existe una casi nula fluidez de apoyos económicos para desarrollar proyectos
académicos y de investigación. Incluso existen trabajos académicos inconclusos
porque “No hay dinero”.
Paralelamente, las autoridades de la UAM gastan
millones de pesos para comprar y rentar casas. Por ejemplo, el rector saliente,
Salvador Vega y León, junto con su secretario general Norberto Manjarrez, autorizaron
la compra de la casa de la pintora Leonora Carrington por más de 12 millones de
pesos, así como una inversión del doble de esta cantidad para remodelaciones,
aunque la obra y pertenencias que decoran la casa de la pintora están en
calidad de préstamo.
Otro caso es que, por instrucciones de Vega y
Manjarrez abrieron una casa en Toulouse, Francia, y gastaron millones de euros
para remodelarla y amueblarla. La casa aún no tiene programa académico
definido, aunque supuestamente pretende representar y vincular a la UAM en
Francia. Hay ya varios personajes que levantaron la mano para convertirse en
embajadores de la Universidad de Francia.
Otro caso más es la Unidad Lerma, en donde la casa
de estudios rentó un palacete de columnas salomónicas, para crear un centro de extensión
y educación continua. El inmueble es propiedad del municipio de Lerma y pudo
haber logrado un acuerdo mejor que pagar una renta mensual.
Además, la Auditoría Superior de la Federación detectó
un daño o a la Hacienda Pública Federal de la UAM por no acreditar el uso de
más de 253 millones de pesos. Lo más grave es que mientras se realizan obras
suntuarias como las anteriores, muchos maestros sufren por los bajos salarios.
Esto es uno de los graves problemas que ahora tendrá
que solucionar Peñalosa Castro, aparte de la grilla que se cierne contra su
nombramiento. Dice el filósofo del metro: Para pasar a lo barrido, hay que
limpiar antes el suelo.
*Comentario para Radio Educación/30 de junio de 2017
0 Comments:
Post a Comment
<< Home