El filósofo del metro dice:
Aplausómetro y mentirómetro
son ejes de la política mexicana
Por eso, los mexicanos
Ya ni en Dios confiamos
Roberto Fuentes Vivar*
Uno de los graves problemas que enfrenta la sociedad
mexicana es que definitivamente ya no confía en las instituciones y por eso
existe una falta de credibilidad en las autoridades y en los organismos
privados y hasta en la Iglesia, la cual crece día con día.
Precisamente, dentro de esta falta de credibilidad
se encuentra el anuncio que hizo ayer ante Enrique Peña Nieto el Consejo
Mexicano de Negocios (CMN) o Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, en el
sentido de que este año los 40 integrantes de esa institución invertirán 31 mil
430 millones de dólares para este año.
Inmediatamente, Peña Nieto aprovechó el anuncio para
hablar de las bondades de su sexenio y dijo que en total las inversiones
privadas suman ya 152 mil millones entre 2013 y 2017, lo que significa una
cifra histórica si se compara con la de sus antecesores, pues en el sexenio de
Miguel de la Madrid, se recibieron 6 mil millones de dólares; en la gestión de
Carlos Salinas, 13 mil millones; con Ernesto Zedillo, 36 mil millones; con
Vicente Fox, 97 mil millones, y con Felipe Calderón, 106 mil millones.
La verdad es que la cifra de este consejo, ahora
presidido por Alejandro Ramírez, el dueño de la cadena Cinepolis, significa en
términos de moneda nacional algo así como 600 mil millones de pesos, cantidad 6.1
menor a la que supuestamente invirtieron el año pasado. En buena medida, esta
caída de inversión se debe a que los hombres de negocios mantienen cautela ante
los retos de la incertidumbre económica internacional y el ambiente sobre la
nueva relación comercial con Estados Unidos.
El hecho es que Peña Nieto y Ramírez, hicieron el
anuncio en un momento electoral, a escasas tres semanas de que se realicen los
comicios en el estado de México, como si el mero anuncio de inversiones pudiera
influir en los mexiquenses que en su mayoría están desesperados por conseguir
ingresos para satisfacer las necesidades más apremiantes de sus familias.
Más allá de si el anuncio políticamente tiene tintes
electorales, lo interesante es que se trató de una cifra más, cuya veracidad
puede ser puesta en duda, pues no existe forma alguna de darle sustento, más
que las palabras del presidente en turno de este grupo de cuatro decenas de
empresarios que controlan algo así como 60 por ciento del Producto interno
bruto, si se toman en cuenta los valores de sus activos.
Incluso no hay forma de que puedan ser sometidos a
una especie de polígrafo ni a un detector de mentiras, por lo que bien pudieran
ser algo como los líderes de un mentirómetro o ranking de los mexicanos que más
mienten a la sociedad.
Por qué esta afirmación tan tajante. Pues nada menos
porque además de que en México no hay una especie de auditoría social que
investigue los compromisos públicos asumidos por los empresarios, las propias
cifras oficiales y hasta los dirigentes de otros organismos privados los
desmienten.
El 16 de febrero de este año, en un evento similar
al de ayer, el presidente del Consejo coordinador Empresarial, Juan Pablo
Castañón, anunció que este año, el sector
privado invertirá 3.5 billones de pesos, es decir casi seis veces más de lo que
anuncio ayer el Consejo Mexicano de Negocios.
Según ese plan de acciones de la llamada cúpula de
cúpulas, la idea de esta inversión billonaria era fortalecer el crecimiento de
México, y alcanzar un 3.5 por ciento de aumento del PIB para llegar a 2020 con
un crecimiento de la economía de cinco por ciento.
Lamentablemente, todas estas cifras se han quedado
en promesas, pues desde hace varios años la inversión en México que reporta
mensualmente el INEGI se ha visto estancada y hasta los capitales extranjeros
tuvo un descenso en de 5.8 por ciento en 2016.
Nada más para poner en contexto estas declaraciones,
hay que señalar que el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, también
conocida como la élite de élites del sector empresarial, es de alguna manera el
papá del Consejo Coordinador Empresarial o cúpula de cúpulas de la iniciativa privada. El
primero creó al segundo hace 41 años para luchar, política y
económicamente, contra los intereses
socializantes del presidente de aquel entonces Luis Echeverría.
Pero regresando al mentirómetro, el INEGI, en su más
reciente reporte sobre inversiones, indica que la Inversión Fija Bruta registró
una disminución real de (-)0.8 por ciento en febrero de 2017 frente a la del
mes inmediato anterior, y de 2.5 por ciento con respecto al mismo periodo del
año pasado.
Esto quiere decir que por más anuncios que hagan los
empresarios sobre millonarias o billonarias inversiones, la realidad es que no
invierten. Dice el filósofo del metro: el mentirómetro y el aplausómetro son
los dos ejes de la política económica mexicana. Por eso los mexicanos ya ni en
Dios confiamos.
*Comentario para Radio Educación / 12 de mayo de 2017
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