Un sitio independiente y alternativo para el análisis de la realidad.

Friday, June 09, 2017

El filósofo del metro dice:

Las espadas de dulce
se derriten con el calor

Finalmente se logró  acuerdo
azucarero con Estados Unidos

Roberto Fuentes Vivar*

Finalmente ya quedó negociado el acuerdo sobre edulcorantes entre México y Estados Unidos, en lo que fue un preámbulo de lo que serán los encuentros para las pláticas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
De hecho, fueron las primeras negociaciones formales entre México y Estados Unidos en materia comercial, desde que Donald Trump asumió la presidencia del vecino país del norte y, desde luego, no fueron muy tersas por varias razones.
Primero que nada, al interior de la política estadounidense existen varias fracturas por diversas causas que a diario escuchamos como el asunto del FBI, la intervención de Rusia y hasta la caída de popularidad del inquilino de la Casa Blanca, que se encuentra en su peor nivel desde que tomó posesión con una aprobación de sólo 34 por ciento de los estadounidenses.
En materia comercial y jurídica, el gobierno de Trump, ha enfrentado varios golpes. Uno de ellos es que, por ejemplo, esta semana cuatro de los principales bufetes de abogados rechazó trabajar para la Casa Blanca.
Pues en este entorno, los azucareros estadounidenses, reunidos en la políticamente poderosa ASA (asociación de Fabricantes de Azucar), blandieron sus espadas de guerra, azuzados por el propio Donald Trump, y quisieron sacar a México del panorama azucarero estadounidense.
Su idea más que negociar era cerrar definitivamente el mercado al azúcar mexicano. Sin embargo, no se dieron cuenta de que son incapaces de satisfacer a su mercado, por lo que la industria  estadounidense en general requiere de importaciones de azúcar. Aquí vale la pena mencionar que el consumidor del vecino país del norte prefiere el azúcar mexicana a los endulzantes que son producidos a raíz de productos trasgénicos.
En todo este contexto, se realizaron als negociaciones, con una parte mexicana que exigía a las autoridades mexicanas frenar las importaciones de jarabe de alta fructosa, en caso de que se cerrara el mercado a las exportaciones mexicanas. Desde luego, las autoridades mexicanas no iban muy convencidas de que sería necesario llegar a tal extremo.
En este sentido, las autoridades y los industriales mexicanos encontraron que el jefe de los negociadores estadounidenses, Wilbur Ross, tampoco estaba convencido de iniciar la guerra del azúcar, por lo que finalmente se sentó a negociar, aún en contra de los intereses de los fabricantes de azúcar de su país.
El caso es que sí hubo pláticas y en ellas se establecieron varios acuerdos:
Uno, que México seguirá siendo el principal proveedor de azúcar de caña hacia el mercado norteamericano.
Dos, que este año nuestro país tendrá una cuota de acceso al mercado estadounidense de 970 mil toneladas de azúcar y crecerá a dos millones de toneladas en 2018.
El tercero es que el precio piso del azúcar crudo en que comprarán los estadounidenses subió de 22.5 a 23 centavos de dólar por libra.
Un cuarto punto es que Estados Unidos adquirirá menos azúcar refinada y nuestro país exportará más azúcar mascabado.
En términos generales, este último punto sí afecta a los industriales mexicanos, pues se perderá competitividad en la transformación, lo que definitivamente significa un golpe para los dueños de los ingenios.
Sin embargo, de acuerdo con el  presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA), Juan Cortina Gallardo, el acuerdo algo así como de los males el menor. Porque si bien se dejará de exportar azúcar más industrializada, prácticamente se duplicarán las exportaciones de dulce para el año entrante.
Cortina, junto con varios directores generales de ingenios y empresas productoras de endulzantes, explicó en conferencia de prensa que  las negociaciones se realizaron en condiciones complicadas y con la presión de una industria políticamente poderosa, pero finalmente se dio prioridad a un interés general antes que a intereses particulares de empresas.
Hay tres cosas que resaltan de la conferencia de prensa de Cortina: una, que Estados Unidos recibirá azúcar mexicana e menor calidad, con lo cual los costos de procesamiento serán mayores para ellos. La otra es que recordó que en Estados Unidos la agroindustria azucarera está subsidiada a diferencia de México. Por eso, señaló que “no queremos que nos protejan de la competencia, sino que nos dejen competir”
Pero quizá lo más importante es que previó que los azucareros estadounidenses intentarán boicotear los acuerdos, durante las consultas y antes de que sean firmados.

Los acuerdos deberán firmarse el mes que entra, para que entren en vigor en la zafra 2017-2018. Sin embargo y parecen ser un pacto entre los dos gobiernos, aunque en las dos partes existen industriales no convencidos que seguramente estarán en contra y buscarán una nueva negociación. Por lo pronto, parece ser que no hubo guerra del azúcar: dice el filósofo del metro: las espadas de dulce se derriten con el calor.
*Comentario para Radio Educación/9 de junio de 2010

0 Comments:

Post a Comment

<< Home

 
EL SENDERO DEL PEJE senderodelpeje.comNoticias sobre Andrés Manuel López Obrador y la política mexicana hacia el 2006