El filósofo del metro dice:
Nada crea más descontento
que los pecios en aumento
Malestar generalizado por
aumentos en luz y gasolina
Roberto Fuentes Vivar*
Estamos viviendo uno de los inicios de año más
preocupantes de los últimos 20 años, porque se presenta una inflación que
parece haber rebasado a las autoridades del Banco de México y de la Secretaría
de Hacienda.
Lamentablemente, esta inflación no es reconocida por
el gobierno. Lo más grave es que son precisamente las tarifas de servicios
públicos los que más han crecido en lo que va de este año y los cuales tienen
una alta incidencia en todos los precios al consumidor. Por eso incluso alguna
información es desmentida oficialmente, pero existen suficientes elementos para
poder respaldar que sí hay alzas y que son injustificadas.
Concretamente existen dos casos. Uno de ellos es el
del gasolinazo. Las autoridades se han encargado, desde el primero de enero en
tratar de desmentir que hubo un aumento en el precio de la gasolina. Sin
embargo, nada más hay que recorrer las gasolineras para observar que la magna
se ubica casi en 18 pesos. Incluso el organismo internacional “Global Prices”
en un análisis indica que el promedio de las gasolinas mexicanas era de 17.88
pesos el primero de enero y subió al 15 de enero a 18.58, lo que indica que
definitivamente sí hay un gasolinazo a principios de 2018.
El otro caso es el de la luz eléctrica. Durante
octubre y noviembre denuncié aquí que la Comisión Federal de Electricidad había
aumentado el precio del servicio doméstico hasta en más de mil por ciento, debido
a que los nuevos medidores -que nadie más que el empresario mexiquense Jorge
Peralta y políticos saben cómo funcionan- estaban arrojando recibos con
aumentos desproporcionados. Incluso, señalé la posibilidad de que las mentes
suspicaces pensaran algún dinero extra de esos cobros pudiera ser usado para fines
electorales, debido que el director de la CFE, Francisco Hernández, es un
funcionario incondicional del actual presidente del PRI, Enrique Ochoa.
El resultado de ese tipo de denuncias fue que la
Comisión Federal de Competencia Económica inició una investigación sobre el
monopolio de los medidores, concretamente contra la empresa IUSA de Peralta –personaje
del gripo Atlacomulco-. Por cierto esta empresa ha sido investigada y
denunciada por posible corrupción por organismos como Mexicanos contra la
Corrupción por sus contratos precisamente con la CFE.
Pues ahora, resulta que también los empresarios están
descontentos con el gobierno por los aumentos en las tarifas eléctricas. Ayer,
por separado, Manuel Herrera Vega, dirigente de la Confederación de Cámaras
Industriales (Concamin), y Enrique Solana Sentíes, presidente de la
Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), señalaron que en
un mes las alzas fueron de entre 20 y 150 por ciento para la industria y de entre
100 hasta 400 por ciento para el sector terciario de la economía.
Dijeron que los incrementos comenzaron a partir de
la modificación a la metodología para la determinación de las tarifas
eléctricas aprobada en noviembre, por lo cual exigieron a la Comisión Reguladora
de Energía (CRE) que revise estos criterios. Desde luego, tanto esta comisión y
la CFE dijeron que es “absolutamente falso” que las tarifas eléctricas registren
aumentos generalizados.
Lo interesante de que sean estos dos organismos
privados los que levanten la voz –de una manera simultánea- es que las dos
confederaciones son las que afilian a la mayor parte de los empresarios
mexicanos y en ambos casos habían sido aliados del gobierno de Enrique Peña
Nieto. Desde luego no hay que descartar la idea de que industriales y
comerciantes protesten es para justificar sus propios aumentos de precios.
Otro punto que hay que mencionar es que los precios
de la gasolina y la luz eléctrica, están enmarcados en la reforma energética
aprobada en este sexenio. Hay que recordar que en la promoción de esta reforma
nos prometieron a los mexicanos que iban a bajar las tarifas. Si se analiza
este punto hay una conclusión lógica: que la reforma energética ha fracasado.
Pero también hay un punto que vale la pena reiterar
y es la suspicacia de que los aumentos, sobre todo el de la luz, pueden
significar una captación adicional de recursos que pudieran ser utilizados con
fines electorales. Ojalá me equivoque, pero, como dice el filósofo del metro: Nada
crea más descontento que los precios en aumento.
*Comentario para Radio Educación/ 19 de enero de 2018
0 Comments:
Post a Comment
<< Home