El filósofo del metro dice:
Ya veremos qué se siente
de nadar a contracorriente
Los retos de AMLO en la
Refinería de Dos Bocas
Roberto Fuentes Vivar*
Antes que nada un abrazo cariñoso para todas las
mamás que laboran en radio educación y a todas las que conforman el auditorio.
El tema del día es definitivamente la construcción
de la refinería de Dos Bocas en Tabasco.
En síntesis, el rescate de Petróleos Mexicanos
representa el mayor reto del presidente Andrés Manuel López Obrador. Incluso
puede afirmarse que es el mayor reto que enfrenta un presidente mexicano en los
últimos 40 o 50 años.
Es un gran desafió por muchas razones, pero
principalmente porque tiene en contra a los empresarios nacionales, a las
calificadoras globales y a buena parte de la comunidad internacional. A nivel
nacional, desde luego es uno de los temas que polarizará aún más a la sociedad.
Pero vamos por partes, ayer el mandatario dio a
conocer que tras declararse desierta la licitación por invitación a las empresas
Bechtel-Techint (estadunidense- italiana); WorleyParsons-Jacobs (Australia) y
KBR (estadunidense), que son las que cuentan con mayor experiencia en la
construcción de refinerías.
El motivo de que se declarara desierta la licitación
fue que estas empresas presupuestaron el precio de la obra entre 10 y 12 mil
millones de dólares, y el tiempo de construcción previsto en ninguno de las
propuestas se apegaba a los lapsos establecidos por el gobierno federal. Es
decir que la construcción era más cara y más tardada de lo que se había
propuesto.
Por eso, López Obrador anunció que la obra será
construida por la Secretaría de Energía, Petróleos Mexicanos y el Instituto
Mexicano del Petróleo, sin la participación de empresas extranjeras, salvo en
algunos detalles muy especializados. El costo de la obra será de ocho mil
millones de dólares y el compromiso es que la obra comience el dos de junio y
esté concluida en mayo de 2022.
Inmediatamente después del anuncio, la iniciativa
privada, los expertos, las calificadoras y algunos miembros de la comunidad
internacional, como el representante de la Comunidad Europea, criticaron el
anuncio y auguraron un rotundo fracaso. Incluso hasta perdieron lo que habían
ganado los bonos de deuda de Pemex.
Sin embargo hoy en su conferencia de prensa
matutina, insistió en que construirá la refinería de Dos Bocas y se rehabilitarán
las seis refinerías existentes. De hecho dijo que se tiene una inversión de 12
mil 500 millones de pesos y que ya se está produciendo más gasolina.
En términos generales en las seis refinerías se
invertirán 26 mil millones de pesos en dos años, para que lleguen a trabajar al
90 por ciento de su capacidad y en la refinería de Dos Bocas se invertirán ocho
mil millones de pesos.
La propuesta de López Obrador significa un reto mayúsculo,
pues pretende demostrar varias teorías con las que no están de acuerdo ni los
empresarios ni las calificadoras ni los expertos.
El primero de ellos es demostrar que puede
rescatarse a la paraestatal Petróleos Mexicanos, luego de que las anteriores
administraciones endeudaron a la empresa, pero no invirtieron en su desarrollo.
Parece ser que la idea de la comunidad internacional y de las calificadoras era
precisamente enterrar a Pemex, para luego venderla todo o en partes y la idea
de su rescate va en contra de todo lo que habían planeado.
Otro de los retos es demostrar que el Estado tiene
la inteligencia de administrar grandes proyectos, lo que se contrapone con la
idea generalizada en el mundo, de que solo la iniciativa privada y las grandes
empresas transnacionales son capaces de hacer megaobras, quizá con la excepción
en China en donde el gobierno promueve muchas de las grandes obras que tienen
asombrado al mundo.
Un tercer reto es demostrar que en México existe la
calidad profesional suficiente para hacer obras como una refinería sin
necesidad de recurrir a las grandes empresas transnacionales del sector.
Es decir que López Obrador tiene que demostrar al
mundo que el gobierno México sí tiene la inteligencia y los recursos humanos
suficientes para generar desarrollo, a pesar de que tiene a la comunidad
internacional y a los empresarios mexicanos en contra.
Para muchos la refinería de Dos Bocas se ha convertido
en una especie de capricho, mediante el cual se dejan sin recursos a otros
programas y se mete dinero bueno al malo.
Para otros, es un gran reto que merece la pena,
porque se lograría nuevamente la autosuficiencia petrolera que se perdió en sexenios
anteriores y pondría muy alto el nombre de México y de la ingeniería nacional.
Por lo pronto habrá que esperar cómo se van
desarrollando todo el proceso y cómo afecta la incertidumbre a la economía nacional.
Dice el filósofo del metro: Hay peligro inminente cuando se nada a
contracorriente.
*Comentario para Radio Educación/ 10 de mayo de 2019
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