El filósofo del metro dice:
Hay fiestas que no hacen ruido
pero hasta te roban la cartera
Se acabó la fiesta de
la condonación fiscal
Roberto Fuentes Vivar*
La
mañanera del miércoles fue especialmente rica en materia informativa. Lamentablemente
un episodio trivial en el cual dos comunicadores se enfrentaron entre sí, hizo
que se desviara la atención mediática y finalmente los temas relevantes
quedaron en segundo término, por lo menos en los diarios y en la mayoría de los
noticiarios televisivos y de radio.
En
esa conferencia de prensa, el presidente, junto con el titular de la Unidad de
Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto,
presentaron un informe de casos atendidos por esa instancia.
La
información fue tan abundante que en el informe de la Unidad de Inteligencia
Financiero se mencionó que “se han presentado 160 denuncias en 2019, 17 en
2020, que han amparado operaciones por 321 mil millones de pesos en depósitos y
289 mil millones en retiros y que en total existen más de 12 mil cuentas
bancarias bloqueadas.
Los
detalles fueron todavía más sustanciosos: grupos religiosos coludidos con la
trata de blancas, grupos delincuenciales que se investigan por prostitución de
menores de edad y hasta el escandaloso caso de que en un mismo domicilio fiscal
están registradas más de mil empresas.
Personalmente
creo que lo más importante es que por primera vez en la historia, un
presidente, desde Palacio Nacional, desnuda el pacto secreto (de hace más de 40
años) entre el gobierno y la iniciativa privada para que las empresas dejaran
de pagar al fisco una cifra que puede calcularse en varios billones (con B) de
pesos, pues permitió la evasión fiscal desde el sexenio e Luis Echeverría hasta
el de Enrique Peña Nieto, a través de la llamada consolidación fiscal.
Es
decir que si una empresa tenía muchas ganancias, podía crear otra y otra más
para diluir contribuciones y así pagar cero pesos al erario. Precisamente por
eso el escandaloso caso de que en un domicilio fiscal se asienten mil empresas.
Concretamente
el presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo que hasta 2018 ni siquiera los
grandes bancos pagaban impuestos y explicó que este pacto secreto existió nada
menos que durante ocho sexenios.
En
este sentido el presidente recordó que en una reunión privada en 2006, los
empresarios de Monterrey le dijeron al entonces presidente de la Corte, Genaro Góngora
Pimentel, de manera tajante: en materia de impuestos “nosotros tenemos un pacto”.
Cómo
nació ese pacto o acuerdo secreto que permitía a los empresarios no pagar
impuestos. Aquí vale la pena recordar la historia. En aquel entonces yo era un
incipiente reportero de El Heraldo de México cuando el 17 de septiembre de 1973
fue asesinado el empresario Eugenio garza Sada. A partir de ahí, la iniciativa
privada se comenzó a aglutinar.
Se
realizaron una o varias reuniones en una población de Nuevo León llamada
Chipinque, en la que los empresarios, molestos con Luis Echeverría, enfocaron
todas sus baterías en contra del entonces mandatario.
Crearon
rumores de golpes de estado, sacaron miles de millones de dólares al extranjero
y comenzaron a vislumbrar un gobierno que estuviera al servicio de los
empresarios. A esas reuniones el presidente Luis Echeverría las llamó de los
encapuchados de Chipinque.
No
es aventurado decir que en Chipinque se comenzó a gestar el modelo económico
neoliberal para México que comenzó a operarse con Miguel de la Madrid. Incluso
vale la pena recordar que dos años después de la primera reunión en esa
población de Nuevo León se creó, en 1975, el Consejo Coordinador Empresarial.
¿Quiénes
estuvieron en esas reuniones de Chipinque? Desde luego los principales
empresarios del grupo Monterrey, algunos hombres de negocios de la ciudad de
México y funcionarios estadounidenses, incluyendo a altos mandos de la Central
de Inteligencia (la CIA).
Recuerdo
que poco después le pregunté al entonces presidente de la Confederación
Patronal de la República Mexicana (la coparmex), Andrés Marcelo Sada Zambrano
si él había estado en Chipinque. Su respuesta fue un simple sí y no quiso
abundar en el tema. Pero más tarde se descubrió que desde la oficina de Sada
Zambrano, en la calle de Liverpool en la zona rosa, se difundieron los rumores
de golpe de estado en contra de Echeverría.
Parece
ser que, para frenar los embates en su contra, el propio Echeverría acordó el
pacto para que no pagaran impuestos.
¿Cuánto
nos ha costado a los mexicanos ese pacto? Nada más para dar una idea: Según el
Servicio de Administración Tributaria (SAT) la cancelación y condonación de
impuestos en el sexenio de Felipe Calderón y la mitad de la gestión de Enrique
Peña Nieto, fue de más de un billón con B grande de pesos. ¿Cuántos billones
fueron en los otros sexenios?
Esto
quiere decir, en síntesis, que por esos oscuros acuerdos, toda una generación
usó su vida laboral, para subsidiar las canonjías que se otorgaron a un puñado
de empresarios.
Afortunadamente, hace unos días se aprobó que,
constitucionalmente se prohíba la condonación de impuestos. Es decir que se terminó
ese pacto secreto de Chipinque. Por eso en esa conferencia de prensa retumbó la
frase: “¡Se acabó la fiesta!”, aunque muchos no la quieren oir.
Dice
el filósofo del metro: Hay fiestas que hacen ruido pero hasta te roban la
cartera.
*Comentario para Radio Educación/ 6 de marzo de 2020
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