Dice el filósofo del metro:
La pobreza no es natural
es por ambición criminal
¿Por qué creció la pobreza
en tiempos de la pandemia?
Roberto Fuentes Vivar*
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (el Coneval) presentó ayer su medición mutidimensional de la
pobreza para el periodo 2018-2020, una semana después de que el INEGI dio a
conocer los resultados de la Encuesta Nacional Ingreso-Gasto en el Hogares
durante el mismo periodo.
Antes de entrar en los detalles, me llama la
atención que el INEGI tardó seis meses en procesar los datos que sirvieron de
base de ingresos y gastos en las familias y al Coneval sólo le llevó una semana
procesarlos para medir la pobreza.
Por cierto que el propio presidente Andrés Manuel
López Obrador dijo en la mañanera no estuvo de acuerdo con los resultados del
estudio presentado ayer y dijo que hay que medir otros parámetros.
En síntesis, el documento de Coneval señala que el porcentaje de población que se
encuentra en situación de pobreza aumentó de 41.9 por ciento (51.9 millones de
personas) a 43.9 por ciento (55.7 millones y que la cifra de mexicanos de precariedad extrema se elevó de siete por ciento
(8.7 millones de personas) a 8.5 (10.8 millones).
Es decir que hay más pobres y más mexicanos en
pobreza extrema por la pandemia, pero los programas sociales ayudaron a atenuar
el fenómeno y a evitar que el nivel de rezago aumentara más.
En principio, como lo hacen ver algunos medios de
comunicación parecería que los programas sociales de la IV Trasformación
ayudaron poco o nada para paliar la pobreza. Sin embargo el número de
ciudadanos en pobreza moderada (con ingresos insuficientes para adquirir la
canasta básica alimentaria y carecen de alguno de los seis indicadores de
derechos sociales básicos) hubiera llegado a 45.9 por ciento de la población;
es decir, a 58.2 millones de habitantes, sin los esquemas de ayuda.
Este dato da una idea de que sin los esquemas
sociales actuales, la afectación de la pandemia hubiera sido aún más grave,
pues incluso la pobreza extrema (recursos insuficientes para comprar la canasta
básica alimentaria, sumado a tener tres o más carencias sociales), hubiera
afectado a dos millones de personas más para llegar a 12.8 millones de
mexicanos
En síntesis, sin los programas sociales por lo menos cuatro
millones de mexicanos hubieran engrosado, en algún nivel, las cifras de pobreza
o de plano de miseria.
De hecho, el propio Coneval señala que los subsidios
sociales no alcanzaron a cubrir las pérdidas por ingresos salariales que generó
la pandemia. También admite que algunas carencias sociales disminuyeron como el
de calidad y espacios de la vivienda y servicios básicos en la vivienda (1.7
por ciento menos en ambos casos), así como el acceso a la seguridad social (1.4
por ciento menos).
Y aquí lo que pude observarse es que el gobierno ha
hecho su parte para contrarrestar la pobreza, pero vale la pena preguntarnos si
lo han hecho otros actores de la economía, como el sector privado.
Y en este sentido me
permito presentar dos datos de la Encuesta Nacional Ingreso Gasto, la que
sirvió de base para la medición de la pobreza. Uno de ellos es que en 2020 cada
familia mexicana gastó tres mil 209 pesos trimestrales en alimentos y bebidas,
lo que significó una reducción de 2.2 por ciento y de 9.9 por ciento en los
alimentos consumidos dentro el hogar, entre 2018 y 2020.
El otro es que en el
mismo lapso cada familia gasto siete mil 985 pesos en erogaciones financieras y
de capital, lo que representó un incremento de 12 por ciento
Si analizamos estos dos
datos nos encontramos que entre 2018 y 2020, los mexicanos gastamos menos en
comida y alimentos pero gastamos más en erogaciones financieras como el pago
tarjetas o créditos. Y ahí podría encontrarse uno de los orígenes de porqué aumento
la pobreza en México.
A esto se suma que en
2020 las mayor parte de las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de
Valores, aumentaron sus ingresos y sus utilidades y lo han seguido haciendo al
grado de que en este primer semestre del año sus ingresos promedio crecieron 27
por ciento y
sus utilidades antes de impuestos crecieron 233 por ciento. Si, escuchó usted
bien 233 por ciento.
Incluso pueden observarse casos como el del gas o el
de muchos alimentos que han aumentado precios para hacer crecer las ganancias
de algunos empresarios.
Esa ambición empresarial desmedida, aunada a la
pérdida de ingresos por trabajo que se
presentó durante la pandemia, es el origen del aumento en la pobreza. Ojalá los
empresarios cumplan la parte que les corresponde, como lo ha hecho el gobierno.
Dice el filósofo del metro: La pobreza no es natural,
es por ambición criminal.
*Comentario para Radio Educación / seis de agosto de 2021
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