El filósofo del metro dice:
No hay nada más cuerdo
que llegar a un acuerdo
Tras su derrota la IP busca
pactar con López Obrador
Roberto Fuentes Vivar*
El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió ayer con los miembros del Consejo Mexicano de Negocios (CMN) en un encuentro que podría considerarse como una especie de acuerdo de paz, en el cual los empresarios se comprometieron a aumentar la inversión privada.
A su vez, el primer mandatario se comprometió a no
aumentar impuestos, presentar el tercer paquete de inversión en infraestructura
(los dos anteriores suman medio billón de pesos), a no realizar acciones que puedan
afectar al sector privado y a aprovechar de manera conjunta las ventajas del
Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Tanto el presidente como los empresarios aseguraron
tras salir del encuentro privado que no hay confrontación y que existen
acuerdos y buena voluntad para caminar juntos, gobierno e iniciativa privada,
en la segunda mitad de este sexenio.
Para poner en contexto la importancia de este
acercamiento, hay que señalar que se registró, inmediatamente después de tres
eventos relevantes:
En primer lugar las elecciones del domingo pasado en
las cuales nuevamente Morena y sus aliados lograron tener la mayoría simple en
la Cámara de Diputados, además de que obtuvieron la victoria eb 11 de los 15
estados en los que se eligió gobernador.
En segundo lugar, está desde luego la propuesta
presidencial para que el aún secretario de Hacienda, Arturo Herrera, asuma la
gubernatura del Banco de México y en su lugar quede Rogelio Ramírez de la O, un
economista que desde hace años ha sido muy cercano al presidente de la
Republica.
Y un tercer aspecto fue la vista de la
vicepresidenta estadounidense Kamala Harris a México, con quien hubo un
encuentro cordial que fue desvirtuado posteriormente por unas declaraciones de
la funcionaria de la Casa Blanca en contra de México, que ayer mismo fueron
aclaradas.
A nivel económico, en este entornó se registraron
varios sucesos concretos, como una ligera revaluación del peso, ganancias en la
Bolsa Mexicana de Valoes y hasta sobredemanda en la subasta semanal de bonos
gubernamentales, lo que indicó la confianza de inversionistas en México.
Pero en la reunión también se registraron detalles
interesantes.
Uno de ellos es que el encuentro se realizó en el
Museo Kaluz, un inmueble que alberga la colección de arte de la familia de
Antonio del Valle, quien es hoy el presidente precisamente del Consejo Mexicano
de Negocios.
Otro punto destacable es que a la salida del
encuentro varios de los empresarios asistentes como Claudio X González, padre,
Carlos Slim Domit y el propio Antonio del Valle estuvieron de acuerdo con la
política de la IV Transformación e incluso con la posible iniciativa para
fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad, que fue anunciada ayer por el
presidente López Obrador.
Le reunión (que podría considerarse de urgencia por
parte de los empresarios) no es casual si se toma en cuenta en contexto en el
que se presenta, e incluso podría pensarse que se trata de un encuentro para
limar asperezas, luego de que posiblemente algunos de los asistentes
participaron en las campañas negras para tratar de arrebatar a Morena y sus
aliados la mayoría simple en la Cámara de Diputados.
Incluso algunos de los asistentes como Del Valle, Agustín
Coppel, de Grupo Coppel; Daniel Servitje, de Grupo Bimbo; y quizá hasta Emilio
Azcárraga, de Televisa, pertenecen a ese poder fáctico conocido como Poder
Económico que ha puesto piedritas en el camino al actual presidente de la
república y a la IV Transformación.
De hecho la conclusión de López obrador es que “Fue
muy buena reunión. Se reafirmó el deseo, la voluntad de trabajar juntos, de
promover la inversión privada que es fundamental, no se puede desarrollar el
país sólo con inversión pública, se requiere de la privada, y se llegó a un
buen acuerdo, fue una reunión amistosa y cordial, sin diferencias ni confrontaciones.
De acuerdo con Del Valle, solo pidieron al presidente
que los deje trabajar, porque el país los necesita. Por cierto que el Diablo
(José Antonio Fernández de FEMSA), fue
el único invitado ausente.
En síntesis parece ser que se trató de una especie
de acuerdo de paz, teniendo como testigos a obras de Joaquín Clausell, Roberto
Montenegro, o Jorge González Camarena, entre otros artistas plásticos.
Ojalá sea así
y se terminen las campañas negras y los golpes bajo la mesa. Dice el filósofo
del metro: No hay nada más cuerdo que llegar a un acuerdo.
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