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Friday, May 07, 2021

El filósofo del metro dice:

En pandemia la justicia

debe ganar a la avaricia


Farmacéuticas hicieron su agosto,

es justo que liberen sus patentes


Roberto Fuentes Vivar*


El presidente estadounidense Joe Biden propuso anteayer liberar las patentes de las vacunas contra el coronavirus. Inmediatamente casi todos los líderes mundiales y organismos como la Organización Mundial de la Salud respaldaron la petición, como una medida de justicia para hacer frente a la pandemia.

Algo curioso es que Ángela Merkel, quien durante se había convertido en una especie de líder moral global por su actuación en el combate al Coronavirus, rechazó la propuesta lo que seguramente hará que se reduzcan sus niveles de popularidad.

Hay que hacer un poco historia, en octubre del año pasado, varios países  en desarrollo encabezados por Sudáfrica y la India presentaron una propuesta igual que buscaba eliminar las patentes de las vacunas contra el Covid, pero fue rechazada en febrero por la Organización Mundial de Comercio.

En el ínter, China declaró su vacuna como “bien público mundial” y otros países que intentan desarrollar una inmunización como Cuba e incluso México, también lo hacen con un servicio a la sociedad y no con afán de lucro.

También hay que poner en contexto que México, pidió al Consejo de Segeuridad de la Organización de las Naciones Unidas que se garantice el acceso de las vacunas a todos los países del mundo. La petición mexicana también tuvo una amplia aceptación y va en línea con la propuesta de Biden.

Pero que sucedió cuando el mandatario estadounidense lanzó su propuesta. Pues nada menos que las grandes farmacéuticas la rechazaron porque aseguran públicamente que la medida socavaría su respuesta global a la pandemia y comprometerá la seguridad, pero quizá en privado se lamentan porque sus ganancias no serían tantas como esperaban.

De hecho, los dos organismos que agrupan a laboratorios (la Pharmaceutical Research and Manufacturers of America y la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica) se sintieron “defraudados por Biden”. Incluso no han faltado analistas que señalan que los laboratorios dejaron de apoyar a Trump, precisamente en octubre, cuando se presentó por primera vez esta propuesta, para financiar los últimos meses de campaña de Biden.

Pero en concreto el mandatario estadounidense parece ser que pensó más en la sociedad que en el bienestar de las empresas, lo que ha incomodado no solo a las farmacéuticas, sino a los especuladores bursátiles y a los inversionistas, que inmediatamente hicieron que bajaran de precio los títulos de las farmacéuticas.

La propuesta de Biden da un paso interesante para socializar los medicamentos en contra de una privatización a ultranza que puede retardar aún más el combate contra el Coronavirus, en una situación de emergencia eal que se vive en todo el mundo

Imagínese usted, radioescucha, las patentes farmacéuticas, según la Organización Mundial de Comercio (la que negó la primera vez la posible liberación de las vacunas, tienen una duración de 20 años. Esto significaría que hasta dentro de dos décadas se pudiera fabricar masivamente una vacuna como la de Pfizer o la de Aztra Zeneca y estas farmacéuticas podrían unilateralmente decidir a quiénes y cómo distribuirían la inoculación en el mundo.

Precisamente por su sentido de privatización es que las farmacéuticas han hecho su agosto durante la pandemia. Y aquí vale la pena mencionar algunos datos es cierto que los laboratorios a nivel global y en todos sus proyectos invierten anualmente alrededor de 170 mil millones de dólares en investigación.

Sin embargo, de acuerdo con un seguimiento constante que ha hecho Braulio Carbajal en la Jornada, hasta antes de la pandemia, el valor de mercado de las siete farmacéuticas que desarrollaron vacunas (Johnson & Johnson, Pfizer, AstraZeneca, Moderna, Novavax, BionTech y CanSino) era de 686 mil 908 millones de dólares.

Un año después, con datos al mes de abril se ubicó en 838 mil 961 millones de dólares, es decir que por la pandemia habían aumentado su valor en 152 mil millones de dólares.

Esto quiere decir que siete empresas aumentaron su valor en un año, casi  en una cantidad similar a la que invierten anualmente todas las farmacéuticas, pero quieren más. Como si quisieran secuestrar, con sus patentes, a toda la población del mundo.

Por eso las protestas como la de Biden y la de México en la ONU, son fundamentales para luchar contra la pandemia. Ojalá prosperen.

Dice el filósofo del metro: en pandemia, la avaricia no puede estar sobre la justicia.

*Comentario para Radio Educación/ 7 de mayo de 2021


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