El filósofo del metro dice:
Jenkins les abrió el camino
Los Claudios lo siguieron
¿Por qué no se hizo nada si se sabía
del fraude desde el sexenio pasado?
Roberto Fuentes Vivar*
El presidente Andrés Manuel López Obrador en su
mañanera de ayer, por cierto una de las más largas, dedicó parte del tiempo a
hablar sobre los Claudios, Claudio X González papá y Claudio X. González hijo,
y sus posibles casos de corrupción o, por lo menos, de fraude fiscal.
Algo interesante es que dijo que las indagatorias sobre
estos dos personajes datan desde el sexenio pasado y explicó que su gobierno no
ha querido iniciar una investigación contra ellos para que no se tome como represalia
contra sus detractores.
Sin embargo, hace aproximadamente un mes, la titular
del Servicio de Administración Tributaria,
Raquel Buenrostro confirmó que el fisco si investigaba si no a los dos
Claudios, sí a Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, organismo que ese
mismo día solicitó al SAT un documento sobre su supuesta transparencia fiscal,
en el cual, en letra chiquita se decía, que ese certificado no amparaba que
hubiera investigaciones en su contra.
Del caso de Mexicanos contra la corrupción ya he
hablado en muchas ocasiones, lo mismo que del modus vivendi de muchas
fundaciones que evade al fisco por
ejemplo al donar un equipo y retirarlo a los dos meses para prestarlo a otro
hospital y así defraudar al fisco con
cinco o seis donaciones cuando en realidad no hubo donación alguna sino
préstamo.
Pero quizá lo más importante de lo que dijo el
presidente en su mañanera de ayer, es que las investigaciones contra los
claudios ya se habían iniciado desde sexenios anteriores y no se había hecho
nada, ni siquiera se hubo escándalos mediáticos, sino que las investigaciones
parecían estar arrumbadas.
Algo similar pasó con la Fundación Mary Street
Jenkins, a la que dejó su fortuna el empresario estadounidense William Jenkins,
quien fue durante buena parte del siglo XX el hombre más rico de México y creo
la fortuna de muchos de los hombres más ricos de nuestro país hasta principios
de este siglo y que participaron en los famosos pases de charola.
Concretamente, el lunes se dio a conocer que la
Fiscalía General de la República encontró que Roberto, María Elodia, Margarita
y Juan Carlos Jenkins de Landa lavaron 14 mil millones de pesos propiedad de la
Fundación Mary Street Jenkins, por lo que un juez de control de Almoloya de
Juárez, dictó orden de aprehensión en contra de estos sucesores del gringo
multimillonario.
Dese luego que en este caso, los sexenios anteriores
ya tenían conocimiento del fraude pues desde 1998 sus herederos comenzaron a
desviar recursos a paraísos fiscales como Suiza, Panamá y Bahamas.
Ya en el gobierno de Enrique Peña Nieto, Guillermo
Jenkins de Landa, primogénito de la familia, denunció una serie de maniobras
realizadas por sus propios padres y hermanos por saquear la Fundación Jenkins,
con un patrimonio superior a los 720 millones de dólares.
En las investigaciones en contra de esta fundación,
que maneja lo mismo museos que la Universidad de Las Américas Puebla, aparece
el nombre del actual rector de esa casa de estudios, Luis Ernesto Derbez, quien
fue secretario de economía y de Relaciones Exteriores en los gobiernos panistas
y hace tres años intentó ser designado candidato por el Pan a la presidencia de
la República para contender contra Andrés Manuel López Obrador.
Y aquí vale la pena explicar, porque muchos jóvenes
desconocen la historia, quién fue William Jenkins. Fue un gringo que llegó a
principios del siglo XX a México, sin un centavo, y aprovechó la revolución
Mexicana para hacer dinero, incluso con un autosecuestro del cual sacó nada
menos que 300 mil pesos que pagó el gobierno mexicano para evitar un conflicto
con Estados Unidos.
Compró haciendas, ingenios, bancos, cines y se
aprovechó del gobierno incluso con las estatizaciones. De su fortuna nacieron socios
y empresarios como Manuel Espinosa Yglesias, Alejo peralta, Gabriel Alarcón,
Rómulo O´Farril, José Garcia Valseca y muchos más, así como medios como Televisa,
El Sol de México, El Heraldo de México, así como la cadena Operadora de teatros
que manejó el 80 por ciento de los cines en el siglo pasado, Y en muchos casos
hay historias de corrupción y hasta de asesinato.
Así como con los Claudios, de la fundación Jenkins ya
se sabían sus fraudes desde del sexenio pasado, pero se mantuvieron en silencio.
Dice el filósofo del metro: Jenkins y su míster Hyde abrieron el caminito, los
Claudios lo siguieron.
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