El filósofo del metro dice:
Con falta de apoyo
solo crece el hoyo
Periodismo: la indefensión
comienza por la propia casa
Roberto Fuentes Vivar*
Esta semana fue especialmente intensa en el tema de
periodistas asesinados en México, Por una parte se dieron a conocer algunos
avances en la investigación de los casos de dos corresponsales de La Jornada,
pero por otra, en menos de 24 horas, se consumaron otras dos muertes de
comunicadores.
El miércoles por la noche en el estado de México, fue
baleado en la zona metropolitana de Toluca, el periodista Enrique García
García, quien tenía más de 30 años de trayectoria periodística incluyendo su
trabajo en oficinas del gobierno local. Seguramente sus patrones poco harán
para esclarecer el homicidio.
Ayer, en Oaxaca, fue asesinado el periodista Gustavo
Sánchez Cabrera por disparos de arma de fuego En 2020, Sánchez Cabrera ya había sufrido un
atentado y la Defensoría de los Derechos Humanos de los Pueblos de Oaxaca dictó
medidas cautelares las cuales de nada sirvieron esas medidas. En este caso sus
jefes tampoco harán mucho porque se investuue a fondo.
Por el lado positivo ayer se dio a conocer que, en
Sinaloa, Juan Francisco P. alias El Quillo, recibió una sentencia de 32 años y
tres meses por el homicidio de Javier Valdez, corresponsal de La Jornada en esa
entidd; además,. El periodista también fundador del semanario RioDoce, fue
masacrado el 15 de mayo de 2017,
Sus familiares señalaron que se trató de un avance y
que parece existir voluntad política federal para la investigación del caso,
pero falta la sentencia a Dámaso López Serrano, alias El Minilic, sobre quien
ya existe una orden de aprehensión y extradición a México, pues está preso en
Estados Unidos y fue quien ordenó el crimen de Javier Valdez. En este caso, la
Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos en contra de la
Libertad de Expresión (Feadle) solicitó la pena máxima de 50 años de cárcel,
pero no fue concedida. El posible móvil del delito fue publicar las diferencias
entre dos cárteles del crimen organizado.
Hace unos días fue condenado el ex alcalde panista
del municipio de Chínipas, Chihuahua, Hugo Amed Schultz Alcaraz, por
proporcionar información de Miroslava Breach Velducea al grupo criminal Los
Salazar. La periodista fue asesinada el 23 de marzo de 2017.
El sentenciado reconoció haber participado de manera
indirecta en el asesinato y fue acusado por la Fiscalía federal, con lo que se
logró una sentencia de ocho años de prisión. Se trata de la segunda sentencia
en este caso. La primera fue a Juan Carlos Moreno Ochoa fue condenado a 50 años
de cárcel. El asesinato de la periodista presumiblemente fue ordenado por José
Crispín Salazar, líder de Los Salazar, en venganza por los reportajes de Breach
sobre la complicidad entre la banda delictiva y políticos locales. Salazar
continúa prófugo.
Los resultados de las investigaciones de los dos
corresponsales de La Jornada permiten consolidar la tesis de que buena parte de
los asesinatos a representantes de los medios de comunicación son perpetrados
por la delincuencia organizada como en el caso de Vadlés, o con intereses relacionados con autoridades
locales, como en el caso de Miroslava Breach y algunos políticos panistas..
Ya haciendo un análisis hay por lo menos tres elementos que permiten
ver por qué en algunos casos, como los de los periodistas de la Jornada, se
intensifican las investigaciones, mientras que en la mayoría se dejan
congelados en algún escritorio.
1.- La presión social que en el caso de Miroslava
Breach y Javier Vadléz ha sido mayor que en la mayoría de los más de 150 casos
de asesinatos a periodistas que se han documentado, de acuerdo con las
diferentes organizaciones.
2.-En el caso de Miroslava y Javier, hay un medio de
comunicación que ha estado de manera permanente al pendiente de las
investigaciones y todos los días recuerda los asesinatos, mientras que en la
mayoría de los casos, los medios a los que pertenecen los comunicadores asesinados
no presionan a las autoridades.
3.- Otro elemento muy concreto es que también en
estos casos, fueron atraídos por la Fiscalía general de la república,
concretamente a través de la Feadle, lo que no sucede con todos los casos.
¡Qué bueno que ya se presenten resultados sobre el
asesinato de los dos corresponsales de La Jornada, pero que triste que no
existan condiciones para que en los otros casos, como los ocurridos ayer y
anteayer, se investiguen a fondoy se llegue hasta las últimas consecuencias.
Hay que recordar que buena parte de la indefensión
de los periodistas se debe a su precaria situación laboral, pues según el INEGI
en México hay 35 mil periodistas, pero según el Instituto Mexicano del seguro
Social, solo 22 mil cuentan con las prestaciones de ley o con un patrón
definido.
Los demás son cada vez más vulnerables a los ataques
del crimen organizado o de los funcionarios locales, y lo peor es que ni sus
medios los defienden. Dice el filósofo del metro: La indefensión comienza por
la propia casa.
Comentario para Radio Educación/ 18 e junio de 2021
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