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Friday, September 24, 2021

El filósofo del metro deice:

 Los mexicanos, defraudados;

los defraudadores posan 

para revistas del jet set


Los delitos de cuello blanco, como el

de Conacyt, crecen silenciosamente


Roberto Fuentes Vivar*


Esta semana quizá el tema más controvertido, polémico y manoseado por diversos sectores y por poderes institucionales y fácticos es que la Fiscalía General de la república solicitó orden de aprehensión contra 31 exfuncionarios, investigadores y científicos, por los 244 millones de pesos que durante seis años otorgó el Conacyt al Foro Consultivo, Científico y Tecnológico.

Inmediatamente, integrantes de la llamada comunidad científica se rasgaron las vestiduras y como si se tratara de los ataques a la ciencia durante la edad media consideraron inconcebible o un despropósito  la existencia de estas pesquisas contra esos exfuncionarios e investigadores.

Desde luego que no se trata de un linchamiento contra la ciencia y la tecnología, ni contra los científicos ni los investigadores en general  y mucho menos de una acción oscurantista como las que practicaba la iglesia contra quienes se atrevían a utilizar procedimientos científicos para explicar la naturaleza, sino que es un asunto meramente legal.

La indagatoria de la Fiscalía es concretamente por  delincuencia organizada, lavado de dinero, peculado y uso ilícito de atribuciones y facultades, pero en términos llanos puede considerarse que estos exfuncionarios e investigadores cometieron defraudaron a la sociedad usando dinero público.

Nada más como ejemplo, se me ocurrió leer las 70 páginas del informe de gestión de José Francio al frente de este  Foro Consultivo, Científico y Tecnológico de 2014 a 2018. En informe no se detalla un solo proyecto exitoso, ni se da cuenta de cómo se gastaron los fondos, pero eso sí se mencionan decenas de reuniones y de convenios que se realizaron con empresas, con el poder legislativo y con instancias de los gobiernos federal y estatales y que no llevaron a nada, es decir que se trató de un fraude.

Y menciono la palabra fraude porque esta semana el INEGI dio a conocer la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2021 que muestra una radiografía de la seguridad en 2020 y en la que destaca una reducción generalizada de los delitos cometidos en México.

Sin embargo señala algo que ha pasado desapercibido para a la sociedad: el segundo delito en nuestro país, después del robo es el fraude que hasta un año antes se encontraba en el tercer sitio y ya rebasó al delito de extorsión.

El robo representa 22.8 por ciento del total de delitos que hay en el país con una incidencia de seis mil 899 casos por cada 100 mil habitantes (un año antes eran nueve mil 091),  El fraude significa el 19.3 por ciento del total con un aumento de cinco mil 089 a cinco mil 904 casos por 100 mil habitantes, entre 2019 y 2020.  

Hay por lo menos 12 entidades (Baja California, Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Colima, Chihuahua, Jalisco, Nuevo león, Querétaro, Quintana Roo. Tlaxcala y Yucatán) en donde ya hay más fraudes que robos.

Según la información del INEGI, el año pasado hubo en México cinco millones 397 mil fraudes, mientras que en 2019 la cifra había sido de cinco millones 089 mil. Si bien el INEGI no especifica fraudes como el cometido con los dineros del Conacyt y el Foro Consultivo, Científico y Tecnológico, sí explica que 86 por ciento de los fraudes cometidos en 2020 fue por dos vías: 43.4 por ciento se debió a “fraudes en pago por un servicio/producto no entregado” y 42.2 por ciento fueron “fraudes con tarjeta de crédito o débito”.

Seguramente fraudes como el de Conacyt o el de Concanaco del que hablé hace unas semanas, y que se hicieron con dinero público no tienen un significado cuantitativo en las cifras del Conacyt, porque no afectan de manera directa a la ciudadanía ni a la percepción de la sociedad que no se siente victimizada.

Sin embargo, el fraude, en general es un delito con alta impunidad: De casi cinco millones 400 mil fraudes se denunciaron solo 292 mil 275 casos y de esos solo en 16 mil 599 expedientes se logró la recuperación de los bienes y únicamente en 530  asuntos investigados se logró poner al delincuente a disposición de la autoridad o se obtuvo el perdón. Si se detalla más puede señalarse que únicamente en 376 casos de fraude se puso a disposición del Ministerio Público al posible delincuente.

¿Y quienes cometen fraude en México? pues nada menos que en la mayoría de los casos fueron los empresarios o los delincuentes de cuello blanco, eso sí, en contra de millones de sus clientes o sus consumidores. Por eso puede considerarse que el fraude en términos llanos es un delito de cuello blanco que no se persigue.

En síntesis, México se ha convertido en un país defraudado, en el cual uno de cada cinco delitos que se cometen es, precisamente el fraude, como el de Conacyt.

Dice el filósofo del metro: los mexicanos defraudados, mientras los defraudadores posan para las revistas del jet set.

 *Comentario para Radio Educación/ 24 de septiembre de 2021

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