El filosofo del metro dice:

Al mal tiempo,
pan y circo


Aristegui, entre
Mouriño y Azcarraga

Roberto Fuentes Vivar

Esta semana semana fue especialmente importante en lo que se refiere a la conformación y reacomodamiento de grupos de poder, lo que llevó también a diferencias entre grupos que parecían estar cohesionados.
Por una parte, la llegada de dos nuevos secretarios de estado, Juan Camilo Mouriño y Ernesto Cordero a la secretarías de Gobernación y de Desarrollo Social, respectivamente, representa precisamente un reacomodamiento de fuerzas en torno a Felipe Calderón.
Incluso, estos cambios en el gabinete han sido considerados por algunos analistas como una especie de rompimiento entre el gobierno panista de Calderón y el de su antecesor panista, Vicente Fox, mediante el cual el actual mandatario asume el liderazgo con un grupo más cercano a su persona y su tiempo.
De hecho, la llegada a Mouriño a Gobernación también ha sido entendida por algunos grupos como una cercanía mayor de México a España, incluso con un posible distanciamiento de Estados Unidos, en el momento en que puede llegar una recesión. El nombramiento se ha considerado también como una especie de oportunidad para los capitales españoles que supuestamente saldrían beneficiados.
En el caso de los empresarios también esta semana fue rica en eventos, pues se presentó un distanciamiento entre la Confederación de Càmaras Industrriales y la asociación de Tiendas de Autoservicio con motivo del programa de descuentos negociado con la Secretaría de Economía, dirigida por Eduardo Sojo, otro de los personajes del foxismo que sigue presente en el gabinete.
Este distanciamiento entre dos organismos empresariales podría tener su origen en que los industriales son los afectados por los programas de gobierno. Sin embargo, puede también tener una causa referida a las diferencias entre foxismo y calderonismo, pues Ismael Plascencia, el presidente de los industriales es un personaje tan cercano a Vicente Fox que el expresidente y su esposa Martha Sahagún lo apoyaron para que llegara a ese liderazgo, como una forma de tener un ariete foxista en las filas de la iniciativa privada.
La concamin representa a la iniciativa privada corporatizada a través de las llamadas cupulas, mientras que las tiendas de autoservicio detentan un poder económico real, capaz de negociar no solo en México sino en el extranjero.
Esta división empresarial, una de las más interesantes de los ùltimos años se presenta en el contexto real de las posibles divisiones entre foxismo y calderonismo, pero también en un entorno de dificultades económicas.
Un ejemplo es que en tan solo un mes, de diciembre del año pasado a los primeros 15 días de enero, salieron de las filas de las cùpulas empresariales unas 100 mil empresas, pues hace un mes había 660 mil compañías inscritas en el sistema de información empresarial mexicano y actualmente solo hay 550 mil.
En síntesis, por un lado el calderonismo se consolida en torno a la polìtica y a las elecciones del próximo año, mientras que, por el otro, la cohesión empresarial se desintegra, en un contexto de una economía poco alentadora.
Pero precisamente dentro de este contexto empresarial y político se presentó la salida de Carmen Aristegui de la XEW, en un asunto en el cual, como en las clases cuando ningún niño sabe la respuesta, nadie quiere levantar la mano para decir: ¡Yo!
Televisa y Prisa se lanzan la papa caliente porque nadie quiere decir cuál fue la relidad para no renovar el contrato.
¿Qué tiene que ver la salida de Aristegui con la llegada del nuevo secretario de gobernación?
La repuesta no es sencilla, pues en principio la relación no existe de manera directa, pero indirectamente Mouriño sí tiene relación con Prisa, al igual que algunos familiares políticos de Felipe Calderón, mientras que Televisa mantiene cierto coraje con calderón porque no la defendió la Ley televisa.
En fin, aunque nada se puede probar, nada es improbable y como dice el filosofo del metro: al mal tiempo, pan y circo.

Comentario para radio educación/ 18 de enero de 2007.