el filósofo del metro dice

Los cuatro elementos
del libre comercio
son: oferta, demanda,
codicia y envidia.

Obama cambia del lenguaje
neoliberal a la dignidad

Con él, EU rebasa por la izquierda


Roberto Fuentes Vivar*

Esta fue definitivamente la semana de Obama. No solo por su toma de posesión, sino por la luna de miel que comenzó con diversos sectores de la población estadunidense y con la comunidad internacional, al tomar decisiones sobre Guantanamo y sobre los derechos humanos, e incluso al rebasar por la izquierda a muchos países.
Con quienes no se ve luna de miel, ni siquiera matrimonio, es con los grandes grupos empresariales y con los alrededor de 100 mil agentes de especualción que existen en el mundo y que son quienes mueven alrededor de un billón de dólares de un mercado a otro con la facildiad con que un ajedrecista mueve un caballo o un peón.
Por eso, precisamente los mercados se han mostrado intestables durante toda la semana, pues no solo no le dieron la bienvenida el día de su discurso inaugural, sino que por el contrario le dieron la malvenida con una especie de martes negro.
Era de esperarse, pues en su toma de posesión Obama dejó en claro varios puntos. En primer lugar culpó de la risis a los muy pocos que actuaron con avaricia e irresponsabilidad. Llamó también cínicos a quienes no han entendido el cambio y se les movió el suelo. Incluso llegó a usar adejtivos tan directos como mezquinos.
Si se toma en cuenta que Obama dijo que la prosperidad ya no puede basarse en apoyar solo a los más más prósperos, los señores del dinero no han de estar muy contentos, por lo que es probable que le pongan muchas piedritas en el camino y que episodios como el juramento que tuvo que repetirse, se conviertan en frecuentes.
Concretamente del discurso inaugural de Obama pueden sacarse algunas conclusiones. Una es que la industria petrolera ya no será de las consentidas, sino que puede augurarse el fin de la era de los hidrocarburos en el mediano plazo, Dos, la otrora poderosa industria automotriz necesitará modificarse lo mismo que la industria bancaria, la cual ya se encuentra estatizada en Estados Unidos. Un tercer punto es que la ciencia puede ser un negocio prospero y las nuevas tecnologías también. Otra industria que va a la baja es la exportacion de la libertad y la democracia, que aunada a la industria de la guerra, pueden entrar en un declive profundo.
En el caso de México, los lineamientos de Obama deben de servir para que el gobierno de Felipe Calderón se ponga las pilas, por decirlo coloquialmente, y comience a trabajar en un nuevo modelo económico, en vez de apoyar el sistema del expresidente estadounidese George Bush.
Situaciones como la ocurida la semana pasada cuando Obama dijo haber platicado con Calderón sobre la posible apertura del Tratado de Libre Comercio y el propio Calderón, de la mano de George Bush se encargó de desmentir, no deben repetirse si no queremos ser "emisarios del pasado", para usar los términos que los propios tecnócratas utilizaron durante muchos años.
Seguramente sí vienen modificaciones al Tratado de Libre Comercio y al esquema financiero mundial, por lo que hay que esperar muchos obstáculos de las clases más retardatarias del mundo. México no puede seguir siendo conservador, sino que es necesario asumir lo que desde ahora puede ser la nueva modernidad. Como dice el filósofo del metro: Los cuatro elementos del libre mercado fueron: oferta, demanda, avaricia y envidia. La palabra del futuro puede ser simplemente dignidad.
* Comentario para Radio Educación/23 de enero de 2009