El filósofo del metro dice:

Del abandono
a la ignominia
sólo hay un paso

Cherán, un ejemplo de
defensa del patrimonio

Roberto Fuentes Vivar*

Lo que ha sucedido esta semana en Cherán es una de las mayores ignominias de la historia contemporánea de México. Estamos hablando de saqueo, de violaciones a los derechos humanos, de negligencia de las autoridades y de todo un catálogo de injusticias cometidas en contra de una comunidad que apenas hace un año decidió gobernarse por sí misma.


¿Cuál es el motivo de incidentes como el que ocurrió esta semana y en el cual fallecieron ocho personas según las autoridades? En concreto, el abandono oficial `e todos los niveles de gobierno, federal, estatal y municipal, a una actividad que podría ser básica para el país, pero que sólo sirve para crear conflictos, grupos paramilitares y crimen organizado. Es decir la industria forestal.

En Cherán, de acuerdo con diversas informaciones, han sido saqueadas 15 mil hectáreas, es decir que el crimen organizado, seguramente en coordinación con empresarios y con funcionarios de gobierno, ha devastado a través de la tala ilegal, miles de hectáreas no sólo de Cherán sino de toda la meseta purépecha y no sólo de la meseta purépecha, sino de cientos de bosques que son propiedad de grupos indígenas de Oaxaca, Durango, Chiapas , Chihuahua y otras entidades del país.

Valga aquí señalar que mucho del patrimonio de los grupos indígenas está conformado por bosques. Incluso, hay especialistas que señalan que la vocación de México es definitivamente forestal. Pero las autoridades se han mantenido ciegas al respecto y no han hecho esfuerzo alguno por levantar esta industria y elevar el nivel de vida de millones de mexicanos que dependen de las grandes extensiones boscosas.

SI me lo permiten voy a mencionar aquí algunos datos del abandono de esta industria. Para empezar, de acuerdo con el INEGI, el valor total de la industria forestal no supera los 20 mil millones de pesos anuales, pero de ella dependen al menos cuatro millones de mexicanos, indígenas, propietarios de los bosques.

Una muestra de este abandono es que la Secretaría de Economía, en su información sobre cadenas productivas no registra una sola empresa formal dedicada a la tala de árboles, aunque sí reporta alrededor de 100 aserraderos.

Qué quiere decir esto, que la tala de bosques es una actividad ilegal, clandestina y realizada por grupos armados y paramilitares que saquean los recursos, como lo han hecho históricamente en Cherán.

La superficie forestal comercial, es decir la que está legalizada ha tenido un descenso de alrededor del 70 por ciento en sólo cuatro años, pues en 2007 era de 131 mil hectáreas y pasó a únicamente 35 mil el año pasado. Para colmo, la producción de maderables bajó de 9.5 millones de metros cúbicos en 2000 a sólo 6.3 millones el año pasado, es decir una reducción de 50 por ciento.

Espero no haberlos aburrido con todos estos datos que demuestran el abandono oficial a la industria forestal y a los grupos indígenas y comuneros que dependen de los bosques.

Precisamente por este abandono, se han gestado los grupos paramilitares y clandestinos que saquean los árboles de la meseta purépecha y de la sierra tarahumara y de la zona mixe de Oaxaca y de muchos grupos marginados que habitan en Chiapas.

Pasado mañana, el domingo se celebra el día mundial de la tierra y seguramente los empresarios y los gobiernos federal, estatales y municipales, presentarán informes sobre siembra de árboles y cuidado de la tierra y empresas sustentables.

Pero todo eso no son más que palabras y el caso de Cherán así lo demuestra ¿Cuál es el único pecado que han cometido los habitantes de Cherán? Defender su patrimonio. Por eso han sido hostigados durante el último año y por eso son emboscados por talamontes. Como dice el filósofo del metro: La ignominia es hermana menor del abandono.

Comentario para Radio Educación/20 de abril de 2012