El filósofo del metro dice:
Davos es el zoológico
de la globalización
Nuevamente una reunión
con recetas fracasadas
Roberto Fuentes Vivar*
Nuevamente se realiza en Davós, Suiza, el Foro Económico Mundial, que se ha convertido en una especie de pasarela para jefes de estado, empresarios y hasta para precandidatos y gobernadores, en el caso de México.
Nuevamente, en la reunión comenzaron a difundirse las recetas fracasadas de ajustes a las finanzas públicas, de apertura de las fronteras, de dejar que las empresas hagan y deshagan en los territorios, principalmente de los países emergentes.
Nuevamente se otorgan estrellitas de buena conducta, como la que recibió ayer Felipe Calderón como líder estratega global, a pesar de que en México ha sido incapaz de detener el hambre y hasta la hambruna en algunas regiones del país.
Nuevamente es un negocio para el fundador de estas reuniones, Klaus Schwab, quien en 1971 decidió crear el foro para impulsar la globalización, pero con fuertes ganancias para él y para la empresa organizadora.
Nuevamente unos 2,600 empresarios y funcionarios de gobierno tuvieron que pagar cuando menos 20 mil dólares por persona para asistir a las reuniones del foro en donde se repiten, hasta el cansancio, fórmulas económicas que no han dado resultado.
Nuevamente la hipocresía ronda por los helados paisajes de los Alpes, sobre todo porque el tema global de este año apunta hacia un viraje para un nuevo modelo. Pero nuevamente los intereses de las empresas son los que hablan y los dirigen al mundo hacia el mismo modelo ya caduco.
Nuevamente la reunión se realiza cuando hay una crisis global. Ahora la de Europa, pero antes fue la Estados Unidos y antes la de la burbuja hipotecaria y antes la del efecto tequila o la del efecto tango o el efecto samba.
Nuevamente las recetas apuntan a empequeñecer a los gobiernos y fortalecer las empresas y consolidar un sistema económico basado en la especulación.
Nuevamente hay miles de manifestantes afuera de las reuniones. Ahora se llaman indignados u ocupas, pero nuevamente nadie les hace caso.
Nuevamente hay jefes de estado –quienes por cierto, los 40 que asisten en esta ocasión, no tienen que pagar cantidades que suman hasta 40 mil dólares por pertenecer a esta élite andina- que presentan voces discordantes, como la gobernante brasileña Dilma Rosuseff, quien dijo que ya basta de recetas fracasadas.
Nuevamente los mexicanos van a Davós a hacer anuncios sobre política económica nacional que debieron de haberse hecho en territorio nacional, como el pacto entre gobierno y empresas para enfrentar la crisis alimentaria que dio a conocer en Los Alpes el secretario de Agricultura Francisco Mayorga.
Nuevamente los aspirantes a gobernar México se reúnen en la pequeña localidad suiza para cabildear apoyos. Ahí está ya Enrique Peña Nieto y dicen algunos de los asistentes que también ira Andrés Manuel López Obrador.
Nuevamente las empresas transnacionales acunan en sus manos a jefes de gobierno, ministros, secretarios de estado y aspirantes al poder y nuevamente, para México, no saldrá nada bueno de Davos. Como dice el filósofo del metro: Davos es el zoológico de la globalización.
*Comentario para Radio Educación/ 27 de enero de 2012
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