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Friday, January 20, 2012

El filósofo del metro dice:

El oro canadiense está teñido de sangre tarahumara Los Rarámuris mueren de hambre y mineras festejan Roberto Fuentes Vivar* Lo que sucede en la sierra tarahumara es quizá la primer gran tragedia del siglo XXI ocasionada por contradicciones sociales y económicas. Todo empezó con la denuncia del Frente Organizado de Campesinos que informó que 50 rarámuris se habían suicidado arrojándose a las barrancas por no poder llevar alimento a sus hijos. Inmediatamente después el sacerdote jesuita José Guadalupe Gasca, quien dirige una clínica en la zona tarahumara, desestimó la noticia del suicidio de rarámuris, pero sí confirmó una realidad aún más grave: la hambruna sí existe en México y concretamente en las barrancas de Chihuahua, en donde niños están muriendo de hambre, situación que se ha agravado por la sequía registrada este año. Diversas fuentes han confirmado y documentado los casos de rarámuris que llegan a los hospitales con graves casos de desnutrición. Gazca comentaba la muerte de una niña hace unos días y hoy el diario la Razón publica un reportaje sobre el municipio de Batopilas, cuna del fundador del PAN, Manuel Gómez Morín, en la sierra tarahumara y en donde el 92% de la población vive en condiciones de pobreza. La noticia del hambre en México, también fue confirmada por la Confederación Nacional Campesina que denunció esta semana que la tortilla y el frijol desaparecieron de la canasta básica de las 25 mil tiendas de Diconsa. La respuesta de Distribuidora Conasupo fue aún más grave: la tortilla y el frijol no han desparecido de la canasta básica, pero el problema es que hay desabasto y el poco maíz disponible tiene que racionarse, no sólo en la sierra tarahumara, sino en todo el país. Pero mientras la hambruna se apodera de los rarámuris ¿Qué ha sucedido en la sierra tarahumara en materia económica? La respuesta es apabullante: se vive la fiebre del oro. Concretamente los gobiernos federal y estatal han determinado una franja del oro, que abarca muchos de los municipios propiedad de las rarámuris y en donde el narcotráfico y las mineras conviven en una especie de pacto de no agresión. Concretamente: -en los últimos cinco años la producción de oro en la sierra tarahumara aumentó mil 576 por ciento y la de plata 120 por ciento. -sólo ocho proyectos mineros en la zona tarahumara tienen una inversión de mil 327 millones de dólares. -empresas canadienses como Agnico, Goldcorp, Golfields, o Cour Da Alene, han recibido concesiones por parte del gobierno federal y ahora se dividen la sierra tarahumara. -Cientos de gambusinos del siglo XXI recogen en los arroyos cubetas de tierra con alta ley que venden a las plantas mineras en 150 pesos y de las que se extrae, de cada una, un gramo de oro, con valor de casi mil pesos. -Con tecnología de punta, las mineras, sobre todo canadienses, mapean con alta tecnología, helicópteros, aviones y vehículos todo terreno la sierra tarahumara. -actualmente se extraen de ahí una tonelada y media de oro y 80 toneladas de plata. Los tarahumaras no han sido invitados al festín. Ellos, los rarámuris, se mueren de hambre. Como dice el filósofo del metro: el oro canadiense se tiñe con la sangre de los niños muertos. *Comentario para Radio Educación/20 de enero de 2012

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