El filósofo del metro dice:
Detrás de las cámaras
se fabrica dinero...
y datos y política
Contubernio del gobierno
con Televisa y TV Azteca
Roberto Fuentes Vivar*
Durante las más recientes dos semanas prácticamente todos los reflectores se enfocaron al caso referente a ls posible fusión de Televisa y TV Azteca, a través de Iusacell. Como dicen los neoliberales, “al final del día” lo que quedó como sedimento en la mente de muchos es el contubernio entre el gobierno y los grupos empresariales de Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego y la fuerte división que existe ya en lo que puede considerarse la gran oligarquía nacional.
Un recuento rápido de lo ocurrido es que la Comisión Federal de Competencia dictaminó que no procede la alianza entre las dos empresas que conforman el duopolio televisivo, aunque sea en la rama de telefonía. Sin embargo en el ínterin sucedieron muchas cosas que vale la pena analizar.
Primero, que el propio presidente de esa comisión, Eduardo Pérez Motta denunció haber sido víctima de presiones mediáticas por parte de Televisa y TV Azteca para que votara a favor de la fusión. Incluso reconoció que esas presiones fueron similares a las que sufrió el gobierno hace cas cinco años cuando se intentó licitar una tercera cadena de televisión.
Esto, desde luego, adquiere suma importancia, pues se reconoció abiertamente que quienes hace cinco años denunciamos esas presiones teníamos razón y que las televisoras no se tientan el corazón cuando ven afectados sus intereses económicos y son caces de denostar a quien sea.
Otro aspecto interesante es el estudio que presentó la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (la OCDE) también para presionar la Comisión de Competencia a unos días de que emitiera el dictamen y en el cual también se avalaba la posible fusión.
Dos hechos dieron al traste con ese estudio. La primera que Carlos Slim dio la cara para desmentir los datos proporcionados por el organismo internacional. La segunda, al difundirse que el estudio en cuestión fue solicitado y pagado por el gobierno mexicano, lo que se entiende como una acción gubernamental más para inclinar la balanza hacia Televisa y TV Azteca.
Otro asunto interesante ocurrió en el entramado de esta decisión: la Comisión Federal de Telecomunicaciones (la Cofetel) decidió posponer, por tiempo indefinido la licitación de nuevas cadenas televisivas, a pesar de que haber realizado ya sus consultas.
El resultado, en términos llanos, es que se negó –de momento- una fusión que en la práctica ya existe como lo señala hoy el diario la Jornada, mientras que la posibilidad de una tercera cadena de televisión quedó suspendida probablemente hasta el próximo sexenio.
Pero en todo este entramado hay varias cuestiones que hay que cuestionarse. Una de ellas es que sólo pocos de los actores de esta especie de telenovela dieron la cara: Carlos Slim, quien citó a conferencia de prensa urgente para explicar sus argumentos y desmentir a la OCDE y Eduardo Pérez Motta que denunció las presiones.
Los otros interesados, como Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego han actuado, como se dice coloquialmente, en lo oscurito y sólo envían a sus voceros a hablar con la prensa Lo mismo sucede con el ángel de la dependencia, José Angel Gurría, quien está jugando ya un papel político con miras a las próximas elecciones desde su escritorio de la OCDE. El asunto todavía no termina y seguramente en los próximos días habrá más noticias. Como dice el filósofo del metro: detrás de las cámaras se fabrican los datos… y el dinero.
*Comentario para Radio Educación/3 de febrero de 2011
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