El filósofo del metro dice:
Para buscar empleo
soy mi propio jefe
El mercado laboral, desquiciado
Roberto Fuentes Vivar*
Hoy se presentaron los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo al cuarto trimestre del año pasado, en la cual se da cuenta de cómo se comportó el mercado laboral durante 2011.
En principio, según lo explica el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) los datos serían positivos, pues se indica que al cierre del año pasado 47 millones 800 mil mexicanos estaban ocupados, cifra superior en 2 millones 500 mil mexicanos a la de un año antes.
Esta cifra, por sí sola, podría servir para echar las campanas al vuelo y festinar que la economía nacional, a pesar de los vaivenes internacionales, marcha tan campante como un anuncio de whiskey.
Sin embargo la realidad que muestran los mismos datos del INEGI es otra y demuestra que la economía no anda tan bien como pregonan las autoridades,
Concretamente, de los 2 millones 500 mil empleos supuestamente creados al cierre del tercer trimestre de 2011, un millón 600 mil son personas que ingresaron a trabajar por cuenta propia, 222 mil no reciben ninguna remuneración por su trabajo, otros 553 mil son patrones y sólo 77 mil son trabajadores subordinados y remunerados.
¿Qué quiere decir esto? Que de dos millones y medio de trabajadores que se incorporaron a las filas de la población ocupada, dos millones 133 mil no tienen prestaciones, algunos ni salario y están cómo empleadores sin empleados o como empleados sin patrón. Es decir que trabajan como dios les da a entender y quizá en una esquina vendiendo lugares para estacionarse.
Es curioso y paradójico que en el cuarto trimestre del año pasado el número de patrones haya crecido en más de medio millón, pero el número de trabajadores subordinados sólo en 77 mil. Es decir que cada patrón tuvo un déficit de trabajadores.
Por eso, precisamente, el INEGI da cuenta de que en el sector informal de la economía, el número de nuevos trabajadores creció en un millón 600 mil para dar un total de 14 millones de personas, es decir 30% de la población ocupada.
Si se compara la población que por su edad se sumó en un año a la población económicamente activa, casi un millón y medio de mexicanos, con el crecimiento en el número de trabajadores remunerados y subordinados, 77 mil, quiere decir que sólo el 0.5 por ciento de los nuevos trabajadores potenciales encontraron un trabajo tradicional.
Esta cifra desde luego es alarmante para una economía que según dicen las autoridades, ha logrado sobrevivir a la crisis internacional.
En fin, la realidad es que no hay trabajo, que el mercado laboral se encuentra desquiciado y que millones de mexicanos optan por trabajar por cuenta propia, ya sea lavando coches o apostándose en las esquinas como malabaristas. Esos son los patrones de hoy. Como dice el filósofo del metro: para buscar trabajo soy mi propio jefe.
*Comentario para Radio Educación/ 10 de febrero de 2012
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