El filósofo del metro dice:
La libertad de expresión
no es dádiva sino obligación
Urge frenar los asesinatos
a periodistas en México
Roberto Fuentes Vivar*
Hoy se celebra el Día Internacional de la Libertad de Prensa y en nuestro país no hay nada que celebrar, la libertad de prensa sigue amenazada por diversos actores de la vida política y económica.
Para nadie es secreto que durante los dos sexenios panistas los ataques a la prensa se dispararon a tal grado que México se convirtió en uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio periodístico.
Ahora la situación sigue igual y México sigue encabezando las listas internacionales como uno de los lugares en donde es más peligroso ejercer la profesión.
Quizá lo más grave es que aún con el nuevo gobierno las amenazas y los asesinatos no han cesado, sino que hasta se han recrudecido como lo demuestra el hecho de que a unos días de que la organización artículo 19 presentara su informe sobre las violaciones a la libertad de expresión, su director en México, Darío Ramírez fue amenazado mediante un mensaje anónimo.
Este informe del organismo internacional fue presentado hace apenas seis semanas y en él se detallaba que en el último año de gobierno de Felipe Calderón se registraron 207 agresiones en contra de la prensa, contra 172 agresiones del año anterior, lo que significó un aumento de 20.24 por ciento.
Pero quizá lo más interesante de este informe y que contraviene la tesis de que es el crimen organizado el que mantiene amenazada a la prensa es que 43.96% de los ataques a la libertad de expresión fueron orquestados por funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno y sólo 14 por ciento fueron perpetradas por el crimen organizado. Es decir que la libertad de prensa se encuentra tres veces más sometida por el gobierno que por los grupos criminales.
Desde luego ya en el actual gobierno los asesinatos han continuado y ningún periodista puede vivir tranquilo. Por eso, en este día de la libertada de prensa, hay muchos pendientes que debe atender Enrique Peña Nieto.
Quizá el primero es que oficialmente se conozca el número de periodistas fallecidos en los últimos años, pues hay varias cifras que tienen verosimilitud. Por ejemplo, Reporteros sin Fronteras ha documentado 86 comunicadores asesinados y 18 más desaparecidos desde 2000.
Otra lista, elaborada por la revista contralínea habla de 104 asesinatos o desapariciones durante los gobiernos panistas. Personalmente recuerdo que hace aproximadamente un año en una manifestación en Paseo de la Reforma de leyeron casi mil nombres de periodistas asesinados.
Quizá lo primero que deba hacer el gobierno de Enrique Peña Nieto es asumir oficialmente los casos de los periodistas asesinados y, uno por uno, elaborar un informe oficial para conocer la realidad.
Otro pendiente es saber qué va a pasar con la fiscalía especial para delitos contra periodistas, la cual ha servido para muy poco desde que se creó precisamente en los sexenios panistas.
Uno más es garantizar el libre ejercicio de la profesión, pero no nada más en los discursos, sino por medio de voluntad política.
Es cierto que el gobierno de enrique peña nieto ha tomado más en cuenta la comunicación social que en los gobierno panistas, como lo demuestra la idea de fortalecer los medios públicos. Un ejemplo es el nombramiento ayer de Alejandro Ramos como director de Notimex.
Sin embargo, hace falta que el gobierno asuma su responsabilidad en los asesinatos a periodistas. Como dice el filósofo del metro: la libertad de prensa no es dádiva, sino obligación.
*Comentario para Radio Educación/ 3 de mayo de 2013
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