El filósofo del metro dice:
En la mina brilla el oro
al fondo del socavón;
al canadiense le toca todo,
al mexicano el mal olor
Las mineras contaminan
más de lo que producen
Roberto Fuentes Vivar*
Esta semana el INEGI dio a conocer un documento que resulta realmente interesante. Se trata de las cuentas económicas y ecológicas de México y en él se le pone precio en pesos y centavos a la degradación del medio ambiente.
En términos generales, con datos de 2011, se calcula que el deterioro ambiental representa 984 mil millones de pesos, es decir casi un billón de pesos y representa el 6.9 por ciento del producto interno bruto. Pero quizá lo más interesante es que mide por industria el costo de la degradación que causan. En este sentido, la minería es la industria más contaminante, pues su costo de deterioro ambiental es de 275 mil millones de pesos. Es decir más de la cuarta parte de la contaminación total.
Nada más para dar una idea, la industria manufacturera –que es el pilar económico del actual sistema- ocasiona gastos ambientales por sólo 34 mil millones de pesos, es decir casi una décima parte de lo que provoca la minería.
Otro dato más que quisiera hacer notar. Según Promexico, en 2011, es decir el mismo año en el que se basa el análisis del INEGI, la producción total minera tuvo un valor de 16 mil 761 millones de dólares, algo así como 200 mil millones de pesos. Esto en términos generales quiere decir que la minería ensucia 50 mil millones de pesos más de lo que produce.
Incluso, este costo ambiental es superior a los 241 mil millones de pesos considerados por agotamiento de hidrocarburos. Además, el puro sector público invierte 21 mil millones de pesos en conservación del medio ambiente en el sector minero, es decir el 8.6 por ciento de la cifra considerada como deterioro ambiental en ese sector. Y eso es por parte del sector público, pues el INEGI no reporta inversión ecológica privada en minería.
Ojalá estos datos sirvan para dar una idea de la forma en que la minería causa daños medioambientales irreversibles. Lamentablemente, la minería, sobre todo la canadiense, ha sido consentida por el gobierno mexicano desde hace varios años. Concretamente los gobiernos neopriistas y panistas otorgaron desde 1992, cuando se modificaron las leyes para permitir la inversión extranjera en ese sector, concesiones para que empresas canadienses puedan explotar alrededor de 55 millones de hectáreas. Por eso, operan en territorio nacional más de 230 compañías mineras canadienses.
El problema es que la minería canadiense, fuera de su país, es considerada una de las más contaminantes del mundo, por lo que ha sido rechazada en varios países africanos y latinoamericanos. Lamentablemente aquí se le ha consentido y no se sabe siquiera el monto de su producción, ni la cantidad de oro, plata y cobre que sacan del así.
Además se les exenta de impuestos. Es muy probable que por primera vez para el próximo año, en la ley de ingresos se imponga un pago de regañías y derechos. Sin embargo, el daño ambiental que ocasionan es grave.
Como dice el filósofo del metro: en la mina brilla el oro, al fondo del socavón, al canadiense le toca todo, al mexicano el mal olor.
*Comentario para Radio Educación/ 8 de febrero de 2013
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