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Friday, December 14, 2012

El filósofo del metro dice:

Urge lupa especial
para encontrar
buenas noticias

Presupuesto 2013:
sumisión legislativa
y más de lo mismo

Roberto Fuentes Vivar*

Parece ser que todos los documentos del paquete económico para el año entrante han sido o serán aprobados en las próximas horas, sin modificaciones de fondo por parte diputados y senadores.


Lo que estamos viendo hoy es una sumisión casi total del Poder Legislativo a los intereses del Poder Ejecutivo, casi como en tiempos en que precisamente el PRI era el partido único y una oficina más de la presidencia de la República.

Es impresionante como, a menos de una semana de que Luis Videgaray presentara el paquete económico ya haya sido aprobado casi en su totalidad. Aquí vale la pena hacer un paréntesis y mencionar que muchos de los partidos creen que al aprobar este paquete están compartiendo el Poder. El Poder no se comparte y ahora Enrique Peña Nieto está demostrando que tiene más poder del que imaginábamos.

En fin, ya todo está planchado como dicen en la jerga política y el año entrante tendremos una economía de más de lo mismo, con algunas pequeñas modificaciones, de forma pero no de fondo, con respecto a este año, aunque sí hay ya indicios de un mayor ajuste de cinturón para las clases medias.

Vamos por partes, los criterios generales de política económica, de los cuales se desprenden todos los demás documentos de política económica para el año entrante, tienen una fuerte dependencia del exterior, ya que el crecimiento económico de México depende en buena medida de las exportaciones a Estados Unidos y, por lo tanto, de la recuperación de ese país vecino. Para 2013 se estima un crecimiento de 3.5 por ciento, cifra exactamente igual que la que se previó para este año. Sin embargo, internacionalmente en Estados Unidos se prevé un crecimiento menor.

Ya hoy por ejemplo, el Banco de México redujo sus pronósticos de crecimiento y dijo que se esperan meses de desaceleración con tasas de avance bastante bajas.

Los precios del petróleo, de los cuales depende el 40 por ciento de los ingresos para la elaboración del presupuesto y del gasto público, también dependen del exterior y de la volatilidad que se presente en los próximos meses.

La otra parte de los ingresos del gobierno, para poder ejercer el presupuesto dependen de los impuestos y ahí ya comenzaron también los problemas. Precisamente en esta semana se dio a conocer el decreto de austeridad en el cual se incluye una reducción de cinco por ciento en los salarios de los mandos medios y superiores del gobierno federal, además de cierta prohibición para hacer contrataciones temporales y por honorarios y hasta la supresión de gastos en publicaciones. Esto, sin duda, significa una medida recesiva, es decir un mayor ajuste al cinturón no sólo para funcionarios públicos, sino para trabajadores de varias industrias que verán afectadas sus ventas y por ende reportarán menos ingresos y menos impuestos para el erario federal.

En lo que se refiere al gasto público, existen buenas intenciones de aumentar el gasto social, e incluso hasta la inversión en infraestructura y en ciencia y tecnología, tan necesarias para el desarrollo. Sin embargo, el dinero de que se disponga depende de haya suficientes ingresos presupuestarios. Es decir dinero de impuestos y de petróleo.

En términos generales, tanto el presupuesto de egresos como la ley de ingresos y la miscelánea fiscal, ya prácticamente aprobadas, demuestran que la economía del año entrante será prácticamente igual que la de este año, aunque muy probablemente será peor para el bolsillo de los ciudadanos.

No existe, por ejemplo, algún indicio de que el gobierno pueda convertirse en detonador de la economía, sino que se mantiene el modelo en el cual las exportaciones son el pilar del crecimiento y, repito, dependen casi exclusivamente de la economía de Estados Unidos.

En cuanto a motivar el mercado interno como una forma de influir en el crecimiento económico, tampoco hay asomo alguno de que se pretenda reactivar. Por el contrario, el decretazo de hace unos días camina en sentido contrario. Con todo esto parece ser que se mantendrá o incluso crecerá la informalidad que según el nuevo sistema de medición del INEGI alcanza ya a 60 por ciento de la población ocupada, es decir a 30 millones de mexicanos. Como dice el filósofo del metro. Urge lupa para encontrar buenas noticias.

*Comentario para Radio Educación/ 14 de diciembre de 2012

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