El filósofo del metro dice:

Este sexenio Presidencia se
confundió con Prescindencia

Un año de desigualdades sociales

Roberto Fuentes Vivar*

Esta semana se presentaron varios informes del estado de la economía mexicana al cierre del tercer trimestre del año. La tónica general de este último año de gobierno de Felipe Calderón es que, al igual que en todo el sexenio, la gran mayoría de la población vivió condiciones apenas de supervivencias, mientras que los menos, los privilegiados, ganaron más, mucho más.


Como un preámbulo de lo que será el engendro comercial llamado Buen Fin, ese monstruo creado hace apenas un año y que parece ser una simbiosis entre viernes negro y aniversario de la Revolución Mexicana, los informes son de malas noticias.

Para empezar, poco le gustó el gusto a Felipe Calderón, quien apenas anteayer festejaba que entre enero y octubre se había presentado la cifra más alta en la historia de la creación de empleo, con 865 mil 267 plazas.

Poco le duró el gusto porque hoy el INEGI presentó su encuesta trimestral de ocupación y empleo, en la que señala que al cierre de septiembre se habían incorporado 783 mil trabajadores a la economía informal, por l que suman 14.2 millones de mexicanos en esas condiciones.

Además 133 mil mexicanos ingresaron a las filas de quienes trabajan pero no cobran, que en total suman ya 3.2 millones de personas.. Es decir que casi 18 millones de compatriotas están en la informalidad o no cobran por su trabajo.

Por el lado de las empresas., estas han sido las grandes beneficiarias de este año. Los reportes que presentaron los grandes consorcios a la Bolsa Mexicana de Valores, señalan una cuestión que puede considerarse grave: las empresas vendieron menos, pero obtuvieron más ingresos. Es decir que vendieron más caro aunque en menor volumen, lo que aumentó sus utilidades. Y eso sin hablar de los casi 60 mil millones de pesos que tuvieron de ganancias los bancos extranjeros que opera en nuestro país.

El ejemplo más claro de cómo quienes más tienen son los beneficiarios de la crisis, es que hace unos días Telcel, la empresa insignia de Carlos Slim en materia de telefonía móvil prsentó su red de cuarta generación, con una inversión específica de mil millones de dólares y de tres mil 960 millones de dólares en sus otras redes. Esta inversión, según el propio Daniel Hajj, director de Telcel, será para que sólo un millón de mexicanos, a lo máximo dos, se sumen a esta red en un año. Es Decir apenas el uno por ciento de la población mexicana.

Pero quizá donde se concentre más la riqueza es en las casas de bolsa. El reporte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores presentado esta semana es muy claro al respecto. Los clientes de las casas de bolsa a septiembre de este año eran 199 mil 980, cuatro mil menos que hace un año.

Sin embargo ganaron 15 por ciento más que en los tres primeros trimestres del año anterior. Nada más para dar una idea, el dinero que manejaron las casas de bolsa suma 7.6 billones de pesos, es decir siete millones de millones de pesos. El año pasado eran sólo 6.7 billones de pesos.

Con esta reducción de clientes y el aumento en el monto de las cuentas cada uno de los menos de 200 mil inversionistas bursátiles aumentó su capital de 132 a 133.5 millones de pesos. Es decir que cada vez son menos, pero más ricos. Y además están exentos de impuestos.

Mientras tanto, casi 20 millones de mexicanos están desocupados, trabajan por su cuenta, no tienen salario o son sus propios jefes y solo 17 millones tienen acceso a instituciones de salud. Como dice el filósofo del metro: Este sexenio la Presidencia de la República, pudo haber sido prescindencia.

*Comentario para Radio Educación/ 9 de noviembre de 2012