El filósofo del metro dice:
Lo único mexicano
en la noche del grito
será la canija hambre
Una cena mexicana, 100% importada
Roberto Fuentes Vivar*
Este año, para la famosa noche mexicana del grito de Independencia, lo único 100 por ciento mexicano será el hambre. Todo lo demás es importado o `producido en México para marcas trasnacionales.
Comenzando por la botana con una sabrosa tostada hecha con maíz importado, no sólo por la tradición mexicana adquirida recientemente de importar todo lo que consumimos, sino por la sequía. Seguramente las tostadas y las tortillas serán hechas con el millón y medio de toneladas que granos de maíz que compramos a Estados Unidos y que nadie sabe quién las adquirió, pues los secretarios de Economía y de Agricultura, Bruno Ferrari y Francisco Mayorga, aún andan buscando al fantasma que realizó una de las mayores compras de maíz de la historia mundial…Y no lo encuentran
Si tomamos una cerveza será de una marca mexicana, pero propiedad de transnacionales. Al iniciarse el sexenio las dos cerveceras Cuauhtémoc Moctezuma y Modelo eran mexicanas. La primera se vendió a Heineken hace tres años y la segunda fue comprada por Anheuser Bush hace apenas dos meses.
En cuanto al tequila seguramente será el último año en que bebamos tequila nacional, si bebemos alguna marca de Casa Cuervo. Ya el 60 por ciento del mercado ha sido vendido a las transnacionales Diageo, Allied Domecq, Bacardí y Pernod Ricard. Sólo falta Casa Cuervo y las negociaciones para su venta a la inglesa Diageo están muy avanzada, si no es que se vendió pero no se ha hecho público el anuncio.
Ya de plato fuerte, el pozole también será hecho con granos de maíz importados y hasta la cabeza de cerdo quizá provenga de Estados Unidos, lo mismo que el mexicanísimo chicharrón con el sello made in USA.
Si tenemos la fortuna –y el dinero claro- para poder degustar unos chiles en nogada, seguramente los chiles poblanos vendrán de China. Ya desde hace varios años el 60 por ciento del consumo de chile poblano provenía de oriente y ahora seguramente la cifra habrá crecido por la sequía en los chilares de Tehuacan.
No se diga el relleno de los chiles con peras y manzanas de Washington y la nogada hecha con nueces provenientes de Chile o Estados Unidos.
Desde luego que escucharemos el himno nacional y seguramente no tendremos que pagar regalías porque la empresa estadounidense propietaria de los derechos de autor no tiene la tecnología para poder cobrarnos a todos los mexicanos. Pero eso sí, si escuchamos música de Alejandro Fernández o de Vicente Fernández seguramente al adquirir el CD ya pagamos las regalías correspondientes a algunas de las tres empresas transnacionales que dominan el mercado de la música.
Seguramente las banderitas que ondearán en nuestra mesa están hechas con tela china y muchos de los adornos también fueron confeccionados con materia prima, muy probablemente de desecho, proveniente de alguna otra nación e ingresados ilegalmente en México. Quizá hasta los famosos bigotes que están de moda en este 2012 como símbolo de mexicanidad tienen algún componente extranjero.
Y no se diga los postres. Las fresas muy mexicanas de origen, pero importadas de Estados Unidos; el mexicanísimo chocolate con cacao importado de Africa o de la Unión Europea, propietaria de la fórmula del chocolate, y hasta la vainilla para aderezar algún otro postre será mexicana de origen pero importada también de Africa o triangulada a través de Europa.
Hasta por primera vez los huevos con que se capearán los chiles en nogada o con que se harán los pasteles de la noche mexicana provendrán nada menos que de Malasia. En fin ¡Felices fiestas Patrias! O como dice el filósofo del metro. Happy Mexican Independence Day.
*Comentario para Radio Educación/14 de septiembre de 2012
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