El filósofo del metro dice:
El voto duro no
es más que una
tarjeta de plástico
Banamex, con Soriana, sabía,
en abril, el resultado electoral
Roberto Fuentes Vivar*
La alianza entre Soriana y Banamex para operar tarjetas de de débito y crédito, denunciada hoy en La Jornada, constituye un nuevo elemento para la investigación que deben realizar las autoridades electorales, máxime cuando desde abril Citigroup-Banamex sabía que Enrique Peña Nieto ganaría las elecciones.
Esta alianza, que se basa en la unión de la familia Martín Bringas, de Soriana, con diversos funcionarios de Banamex, entre ellos el expresidente del Fobaproa y posteriormente del Instituto de Protección al Ahorro Bancaria y actual director general de Banamex, Javier Arrigunaga, tiene dos vertientes.
La primera es que miembros de Citigroup-Banamex, pertenecen al Consejo de Administración de Soriana, mientras que los propietarios de Soriana son accionistas de Banamex. La otra es que precisamente es la coordinación de las dos entidades la que opera las tarjetas de crédito mediante las cuales el PRI habría comprado votos a favor de Enrique Peña Nieto.
Vale la pena recordar que en varias ocasiones en Pulso de la Tarde se denunció la forma en que Banamex-Citigroup influía en las elecciones. La primera fue cuando en febrero, en una reunión de consejo del grupo financiero, Felipe Calderón dijo que la aspirante del PAN a la presidencia Josefina Vázquez Mota se encontraba a sólo cuatro puntos de Enrique Peña Nieto en las preferencias electorales.
Esta declaración sirvió para que la candidata del PAN y Calderón limaran las asperezas que habían surgido a raíz de que fue desechado el favorito de Los Pinos, Ernesto Cordero, como candidato panista. Curiosamente fueron los propios consejeros de Citibank quienes filtraron las encuestas que apoyaban a Vázquez Mota.
Lo curioso es que poco tiempo después Banamex emitió, a principios de abril, un documento en el cual descartaba la posibilidad de que Andrés Manuel López Obrador llegara a la presidencia, el cual también analizamos en Pulso de la Tarde.
Este documento titulado “Resumen del primer trimestre de 2012 ¿Debilidad del peso para las próximas elecciones presidenciales?”, anticipaba, textualmente “una victoria del candidato Enrique Peña Nieto, del PRI, aunque por un margen menor del que tiene actualmente, con la probabilidad de que, por vez primera desde 1997, el control del Congreso esté en manos del mismo partido que el del presidente”. En ese entonces, las encuestas –ahora tan denostadas por su papel a favor de un candidato- arrojaban una diferencia de entre 16 y 20 puntos entre el primero y el segundo lugar.
El documento explicaba, también textualmente que “no vemos un posible un resurgimiento (al estilo de Ollanta Humala en Perú) de Andrés Manuel López Obrador, pues su campaña enfatiza la amabilidad, el afecto y el respeto (campaña también conocida como AMLOVE); el candidato ha tratado de construir buenas relaciones con el sector empresarial y de establecer paralelismos con el ex presidente brasileño Lula da Silva”.
Si Banamex sabía, desde abril, que ganaría Enrique Peña Nieto como lo aseguraba en su documento, es que tenía muchas razones para afirmarlo. Quizá precisamente las tarjetas de Soriana.
Ahora lo que también debe investigarse es la injerencia de un grupo extranjero como Citibank, en las elecciones mexicanas, además del papel del papel que realizaron las asociaciones apócrifas y los fideicomisos fraudulentos. Al respecto, se calcula que hay en México 40 mil 089 fundaciones, de las cuales unas cinco mil desvían fondos para apoyar a los partidos políticos, según una investigación de Jorge Manrique, director del Colegio Jurista. Como dice el filósofo del metro: el voto duro no es más que una tarjeta de plástico.
*Comentario para Radio Educación/13 de julio de 2012
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