El filósofo del metro dice
Sólo hay un paso de la
comisión autónoma a la
comisión de una ignominia
Ignominia: dar más poder
a quien abusa del poder
Roberto Fuentes Vivar*
Esta semana se presentó un entorno electoral muy especial, con una serie de acontecimientos inéditos referentes al periodismo y a los medios de comunicación social. Antes de entrar a detalle quisiera enumerar algunos de estos hechos.
En primer lugar, desde luego están las resoluciones de las Comisión Federal de Competencia y Federal de Telecomunicaciones, que en términos generales despiertan suspicacias y hacen dudar de la supuesta autonomía de estos organismos.
El mismo día de esas resoluciones, integrantes del movimiento Yo soy 132, realizaban tres plantones para exigir la democratización de los medios. Uno en las oficinas de la Cofetel, otro en las de la Comisión de Competencia y otro más frente a Televisa en donde se transmitió esa noche el programa Tercer Grado con la presencia de Andrés Manuel López Obrador. Paralelamente realizaban un cuarto plantón en Michoacán, frente al sistema de Comunicación Social para exigir que no saliera del aire el programa de Carmen Aristegui.
En otro escenario, el poder legislativo daba a conocer que la mitad más uno de los estados de la Federación habían aprobado la reforma a la fracción 21 del artículo 73 de la Constitución Política, para federalizar los delitos contra periodistas.
Y todavía en otro entorno el Instituto Federal de Acceso a la Información emitió una resolución para que las dependencias del gobierno federal mantengan sus comunicados en sus páginas de internet y se guarde una memoria de su quehacer informativo.
Todo este entorno, en el que se presenta por ejemplo hoy la polémica sobre la acusación que hizo Carlos Loret de Mola en el sentido de que tras los mensajes de las redes sociales se esconde un complot contra Peña Nieto, negando la independencia de usuarios de twitter y facebook, tiene que ver con el ambiente electoral, con el descuido en comunicación social de los últimos 12 años por parte del Poder Ejecutivo y con el hartazgo que muestra una sociedad que comienza a despertar y a exigir una mayor equidad informativa.
Cada uno de estos asuntos merece comentarios por separado. Sin embargo, los de mayor envergadura son las decisiones de la Comisión Federal de Competencia y la Comisión Federal de Telecomunicaciones.
La primera, según parece ser, emitió un fallo favorable para que Televisa adquiera un paquete accionario de Iusacell, lo que dará origen a una alianza entre Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego, es decir entre duopolio televisivo, aunque la fusión sea para operar servicios telefónicos.
¿Porqué decidió Eduardo Pérez Motta, presidente de la Comisión de Competencia mantener en secreto la decisión hasta que sean notificadas las empresas interesadas? Supuestamente, para evitar malas interpretaciones mediáticas. Sin embargo, se trata de una cesión de poder, pues ahora serán las propias televisoras las que darán la noticia de que, en principio, fue aprobada su fusión.
¿Porqué mientras se esperaba la decisión de Pérez Motta sobre la fusión, la otra comisión, la Federal de Competencia daba a conocer el inicio del proceso para licitar dos cadenas televisivas? El simple hecho de cómo se presentaron las resoluciones pone en duda la supuesta autonomía de los dos organismos descentralizados y permite ver que se trata de una acción del gobierno federal que cede al próximo presidente de la República la decisión de otorgar las concesiones televisivas, pero sí otorga más poder al duopolio como una de las últimas acciones del actual gobierno, en un momento en el que la actuación de Televisa y TV Azteca son cuestionadas por un amplio sector de la población.
Qué bueno que se sienten las bases para más opciones mediáticas, pero que malo que se otorgue más poder a quien ya abusa del poder. Como dice el filósofo del metro: De la comisión autónoma a la comisión de la ignominia solo hay un paso
*Comentario para Radio Educación/ 8 de junio de 2012
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