El filósofo del metro dice:
La crisis se convirtió
en cadena perpetua
Nulo crecimiento económico
Roberto Fuentes Vivar*
El INEGI informó hoy que la economía mexicana tuvo un crecimiento de 0.8 por ciento en el primer trimestre de año, lo que confirma que vivimos una desaceleración bastante más grave de la que querían ver las autoridades y los analistas.
Durante los tres últimos años, los funcionarios que manejaron la economía de Felipe Calderón y los que lo hacen hoy con Enrique Peña Nieto se habían negado a observar la realidad. Por el contrario nos llenaron de palabras en el sentido de que los datos macroeconómicos mexicanos eran tan buenos que prácticamente estábamos blindados a la crisis que venía del exterior.
En ese tiempo los analistas independientes alertamos sobre la grave situación del país. Hoy lo podemos decir con todas sus letras. Estamos en crisis y la desaceleración es una realidad, aunque no la quieran ver desde Palacio Nacional o Santa Fe.
Pero vayamos por partes, el nulo crecimiento en el primer trimestre, de menos de 1 por ciento, fue bastante más negativo de lo que esperaban los analistas, quienes habían pronosticado un crecimiento promedio de 1.1 por ciento.
Este crecimiento del PIB en el primer trimestre significa también el peor inicio de sexenio desde Ernesto Zedillo en 1995, cuando tras los errores de diciembre la economía comenzó a caer hasta llegar a un decremento anual de 9.2 por ciento en su primer año de gobierno.
Ahora hay una cuestión interesante, los peores inicios de sexenio en casi 20 años han sido los de presidentes priistas.
Técnicamente, los analistas atribuyen este mal resultado trimestral a cuestiones tan simples como que hubo un día menos en este año. Sin embargo, la realidad es que las condiciones macroeconómicas están mal. Una prueba de ello es que el sector secundario de la economía es decir la industria, que es la base de la economía a través de la venta de manufacturas a Estados Unidos, tuvo una caída de 1.5 por ciento con respecto al año anterior.
Desde luego que México no es el único país en donde la economía se encuentra estancada. Los reportes de los países europeos hablan, en casi todos los casos, de cifras recesivas, pero en Estados Unidos la economía creció 2.5 por ciento en el primer trimestre, lo que debió haber impulsado a la economía mexicana.
Haya una razón por la que no sucedió ese jalón. Es que Estados Unidos se ha volcado hacia el mercado interno y las exportaciones mexicanas al vecino del norte cayeron 2.3 por ciento en el primer trimestre.
Aunado a este mal comportamiento económico, esta semana se dieron a conocer dos datos que vale la pena mencionar. Uno es que el Banco Mundial presentó un estudio en el que se indica que en una década sólo dos de cada diez mexicanos subió de nivel socioeconómico, en comparación con países como Chile en donde lo hicieron seis de cada diez ciudadanos.
Otro dato es una entrevista con el dirigente de la Confederación Nacional campesina, Gerardo Sánchez García, quien dijo que “Millones de familias en México, la mayoría de escasos recursos, destinan 90 por ciento de sus ingresos a la compra de alimentos”. Hasta hace un año la cifra era de 70 por ciento.
Esto quiere decir en términos generales que la economía mexicana nos tiene a los ciudadanos condenados a vivir para comer. Como dice el filósofo del metro: La crisis se convirtió en cadena perpetua.
*Comentario para Radio Eduación/ 17 de mayo de 2013
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