El filósofo del metro dice:

Privatizar no nada
más es vender,
también es regalar

Las leyes energéticas ceden
a la IP utilidades y casi gratis

Roberto Fuentes Vivar*

Finalmente el gobierno de Enrique Peña Nieto presentó las propuestas de leyes secundarias, mediante las cuales se privatiza el sector energético y aquí quiero ser enfático, pues según el Diccionario de la real Academia Española de la Lengua privatizar significa textualmente “transferir una empresa o actividad pública al sector privado”.


Bajo esta definición, el sector público transfiere muchas de las actividades que tenía reservadas al sector privado, que –de aprobarse las leyes secundarias como están escritas- gozará lo mismo de posibilidades de instalar plantas eléctricas o participar en lo que se llama “utilidades compartidas” en la extracción de crudo.

Pero vamos por partes, la propuesta fue presentada de manera poco ortodoxa. En primer lugar no fue Enrique Peña Nieto quien la dio a conocer, sino los secretarios de Hacienda y de energía, Luis Videgaray y Pedro Joaquín Coldwell, respectivamente. En segundo se presentó en el último día del periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión. En tercero, se dio a conocer un día en el cual el sector político estaba presto para disfrutar el día de asueto de ayer y el puente que está programado hasta el martes próximo.

En síntesis, se presentó para que pasara desapercibida y sea analizada y discutida hasta junio próximo, lo que le da al PRI la oportunidad de afinar su aplanadora legislativa y a la oposición le otorga tiempo para analizar a detalle todos los elementos, aunque parece ser que el PAN ya pacto con el gobierno su aprobación inmediata a la reforma energética.

¿Qué contiene la reforma? Según Videgaray y Coldwell la legislación secundaria presentada incluye 21 leyes, agrupadas en 9 bloques, de las cuales 8 leyes son nuevas y 13 presentan modificaciones.

El gobierno dice que se reafirma que la propiedad de los hidrocarburos en el subsuelo es de la nación, pero al mismo tiempo se permite la libre concurrencia y competencia entre empresas del Estado y particulares en todas las actividades, tanto en exploración y producción, transformación, logística y electricidad, en beneficio de los consumidores.

Todo esto, bajo un esquema denominado de “utilidad compartida”, mediante el cual la iniciativa privada podrá invertir y obtener ganancias en prácticamente todas las actividades del sector energético.

¿Cómo se entregarán recursos a la IP?

Hay tres modalidades: 1.- La ‘‘utilidad operativa’’ mediante la cual las empresas privadas obtienen un porcentaje de los ingresos y se les concede un conjunto de beneficios para que puedan deducir costos, gastos e inversiones realizados. 2.- La utilidad compartida, donde se paga en efectivo por la producción al contratista. 3.- de producción compartida, en que se paga con porcentajes de la producción y licencias, en las que el operador tiene el control de la operación.

Coldwell indicó todos los contratos serán adjudicados por licitación pública y el criterio de adjudicación será al participante que ofrezca las mejores condiciones económicas al Estado y explicó que, por ejemplo, en el caso de las yacimientos transfronterizos, será obligatorio contar con una participación de Pemex de por lo menos el 20 por ciento, “aunque –dijo textualmente- no será obligatorio que la petrolera participe como operador, sino como socio del proyecto, con el propósito de tener acceso a la información y al manejo de nuestros recursos.

En cuanto a la industria eléctrica que se eliminan barreras de entrada para que se instalen plantas más baratas. Supuestamente con la libre competencia bajarán las tarifas, como le contestó el secretario de energía al cineasta Alfonso Cuarón.

Por cierto, otro punto interesante es que en las leyes secundarias prácticamente desaparece el uso de gas LP, mientras que se fortalece al gas natural. Cabe señalar que los distribuidores de gas natural son empresas transnacionales y los de gas LP nacionales.

Ayer escuchaba al senador priista David Penchyna, presidente de la comisión de energéticos del Senado de la República, quien textualmente decía: las leyes son para acabar con el monopolio del estado en materia de petróleo y de generación de energía. Si eso, no es privatizar de acuerdo con la definición de la Real Academia de la lengua, quién sabe qué será. Como dice el filósofo del metro: privatizar no nada más es vender, también es regalar.

*Comentario para Radio Educación/ 2 de mayo de 2014